Ayón y Carroll dejan el liderato para el Real Madrid

El pívot mexicano y el escolta, recuperado de su esguince, lanzan al Madrid en otro tercer cuarto fabuloso (12-27)

El Real Madrid compró el billete para el liderato definitivo el jueves pasado con su victoria ante el Unicaja y este domingo sacó ya la tarjeta de embarque, atravesó el arco de seguridad y se sentó en su asiento listo para el despegue. El triunfo en Santiago ante el Obradoiro, unido al tropiezo en casa del Unicaja frente al CAI, le deja más arriba que nunca. Primero con dos partidos de ventaja y el average a falta de tres jornadas. La operación matemática es muy simple: necesita un triunfo, y le quedan dos citas en el Palacio (Andorra y Manresa), para presumir de título honorífico, el de campeón de la fase regular.

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Premio a ocho meses de competición que otorga el factor cancha en todas las eliminatorias del playoff, pero que no es la panacea. Ni universal ni local. Lo vimos hace un año cuando el Barça ganó la Liga sin esa ventaja en la semifinal (Valencia) y en la final (Madrid). Una recompensa que los de Laso logran por tercera campaña consecutiva. Dominio madridista de septiembre a mayo, desde 2012 a 2015, aunque el saldo en trofeos ligueros es de empate a uno con el Barcelona. Un logro, eso sí, que afianza el trabajo de un equipo en temporada perfecta hasta ahora: Supercopa, Copa, líder de la primera fase de la Euroliga, del Top-16 y clasificado para la Final Four. Espaldarazo para preparar con serenidad la gran cita del año, el tercer asalto seguido a la corona europea.

Por todo lo anterior, derrotar al Rio Natura Monbus Obradoiro fue un triunfo broche, con alguna carencia y muchas virtudes. Con la vuelta de Carroll a la acción, y no de manera testimonial, sino gustándose tras superar un esguince. Dejó su habitual tarjeta de visita: 12 puntos en 165 segundos para cerrar el tercer cuarto y el partido: del 42 iguales al 47-65 tras un parcial de 5-23.

Yeisi lo rubricó y Ayón lo ganó. Y ahí encontramos la pata mal calzada. El Madrid fue uno con el mexicano en pista y otro muy inferior sin él en la pintura. Encestó diez tantos de carrerilla para darle la bienvenida al duelo y mandar al banquillo desbordado al emergente Maxi Kleber. Roto por su rival en el cuerpo a cuerpo. Al lado de Ayón, y en ausencia de Rudy, el Rivers más fino del curso en ataque (el mallorquín no viajó, pero está casi listo).

El Real alcanzó una rápida renta de diez (10-20 y 15-25), aunque de nuevo el segundo cuarto lo igualó todo, con Bourousis y Nocioni, luego también Reyes, en apuros para cerrar el rebote defensivo. El Obradoiro movía bien el balón, abría espacios y solo entonces buscaba el corte dentro para Kleber y Miller. Antes, Waczynski y luego Pumprla habían atacado la defensa de Carroll. Balón a su par. Tres faltas y una técnica por la frustración. Traspié del de Wyoming, que se puso en pie desde cero tras el descanso. Otra vez con Ayón en pista. Rebotes (8), asistencias (2 y quizá alguna más birlada), intensidad atrás y una superioridad enorme en el poste bajo: 18 puntos con 8 de 9 en tiros de campo. Actuación apabullante.

Decía no sé quién en el club blanco que el Titán de Nayarit puede hacer la diferencia entre ser y parecer en la Final Four. Una pieza clave en el engranaje, y más cuanto peor ande Bourousis. Del resto hubo un poco de todo: Slaughter entró tarde pero con fuerza, Llull aportó sin alharacas, Sergio lució barba al viento en el pase, Nocioni no falló un triple (3 de 3), Doncic volvió a jugar (1:45) y, lo más importante… no hubo lesionados. Jornada redonda.

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