Brasileños claman renuncia de Dilma Rousseff

Las calles de Brasil se tiñeron de verde y amarillo en una jornada de protestas a nivel nacional contra la Presidenta

Más de tres millones de personas tomaron las calles de al menos 400 ciudades de Brasil para manifestar su repudio al gobierno de Dilma Rousseff, su antecesor Luiz Inácio Lula da Silva y el gobernante Partido de los Trabajadores (PT).

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Según datos oficiales de las diversas policías militares de los estados, más de tres millones de personas protestaron ayer, mientras los organizadores dijeron que fueron más de seis millones las que participaron.

La mayor concentración  se realizó en la Avenida Paulista de Sao Paulo, que congregó a 1.4 millones de personas, según la policía militar. Aunque los organizadores señalaron que en esa ciudad 2.5 millones de personas marcharon gritando “Fuera Dilma”, y en Río de Janeiro fueron un millón más.

El gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, mostró su apoyo a las protestas y dijo que “precisamos pasar esta página. Precisamos una solución rápida para superar la crisis y retomar el crecimiento”.

Por su parte, el senador Aécio Neves, presidente del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña, afirmó que las protestas prueban que la sociedad “se cansó y le dice basta” a Rousseff.

“Estamos junto a todos los brasileños, que quieren y merecen algo mejor, para construir un nuevo camino para el país”, declaró Neves.

En Brasilia, la capital federal y política, la estimación policial fue de 100 mil personas e incluso se manifestaron frente al Congreso.

En Curitiba, capital del estado de Paraná y ciudad donde se dirige la operación “Lava Jato” contra la corrupción en Petrobras, fueron 200 mil.

En todas las protestas se solicitó un juicio político contra Rousseff.

Incluso en ciudades del noreste de Brasil, donde el PT tiene mayor fuerza electoral, se realizaron multitudinarias manifestaciones, como en Salvador de Bahía o Recife.

Rousseff enfrenta un juicio por supuesta mala administración fiscal del país en medio de la peor recesión en décadas y de una amplia pesquisa sobre la corrupción.

La Presidenta pasó el día en su residencia oficial, donde se reunió con sus ministros y al cierre de la jornada emitió un comunicado en el que reconoció el “carácter pacífico” de las protestas.

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