Canonizará Papa a ‘niños mártires de Tlaxcala’

El Papa Francisco canonizará el 15 de octubre a Cristóbal, Antonio y Juan, conocidos como los ‘niños mártires de Tlaxcala’

El Papa Francisco canonizará el 15 de octubre a Cristóbal, Antonio y Juan, conocidos como los “niños mártires de Tlaxcala”.

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El pontífice presidió esta mañana un consistorio ordinario -encuentro con cardenales en el Palacio Apostólico del Vaticano-, durante el cual indicó la fecha para la canonización de los nuevos santos mexicanos, que se llevará a cabo en la Plaza de San Pedro.

De gran veneración popular, Antonio, Cristóbal y Juan son considerados los primeros mártires de América; se convirtieron al cristianismo tras ser evangelizados por los frailes franciscanos y dominicos.

Cristóbal, llamado también con el diminutivo “Cristobalito”, nació en Atlihuetzia (Tlaxcala) entre 1514 y 1515; era el hijo predilecto y heredero del cacique Acxotecatl y asistió a la escuela de los misioneros franciscanos.

Tras una discusión, en 1527, el muchacho comenzó a romper los ídolos paganos de su padre, por lo que éste lo molió a golpes y luego lo empujó a una hoguera, de donde su madre lo salvó, pero urió unos días después, a los 13 años.

Antonio y Juan nacieron entre 1516 y 1517 en Tizatlán (Tlaxcala). Antonio era nieto y heredero de un cacique local, mientras Juan era su servidor; ambos asistían a la escuela de los franciscanos.

Ellos decidieron acompañar a unos frailes en una expedición a Oaxaca, para fungir como intérpretes ante otros indígenas. En Cuauhtinchán, Puebla, fueron atacados por algunos lugareños mientras recogían los ídolos de barro.

Primero golpearon con palos a Juan, que murió al momento y Antonio fue golpeado hasta la muerte por reclamarles a los asesinos el crimen que acababan de cometer.

Los cadáveres de ambos fueron arrojados en un terreno cerca de Tecalco, pero fueron recuperados y trasladados a Tepeaca, donde recibieron cristiana sepultura.

Los tres niños mártires de Tlaxcala fueron declarados beatos por el Papa Juan Pablo II, en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe de la Ciudad de México, el 6 de mayo de 1990.

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