Claridad sobre Ayotzinapa

Caldero Político

El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto ha demostrado cabalmente su voluntad para esclarecer sin margen de duda, el caso de los estudiantes normalistas desaparecidos a fines de septiembre de 2014. Es clara la apertura mostrada dentro y fuera del país.

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Para abundar más, es importante señalar que el caso fue atraído por el gobierno federal, por la PGR, a los pocos días de ocurridos los hechos. Es por eso que instancias internacionales han podido aportar sus esfuerzos en aras de que la verdad impere.

Una de las instancias que han intervenido, con el apoyo abierto y claro, con el financiamiento del gobierno federal, es el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Algunos interesados en revolver y no en resolver el caso, han intentado contraponer al gobierno federal contra el grupo de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Es absurdo que se diga eso, pues el mismo gobierno federal el que ha financiado el trabajo que realiza la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Las autoridades han dejado en claro que el caso NO ha sido cerrado. Por tanto, las aportaciones de los expertos de la Comisión Interamericana han sido bien recibidas por las autoridades, en especial por la Procuraduría General de la República.

Ya hay resultados. Están en la cárcel decenas de involucrados en diferentes grados y otros se encuentran prófugos de la ley y ya son buscados hasta por abajo de las piedras. Ya se atiende a los familiares de las víctimas. A pesar de eso, se sigue investigando y se siguen dando respuestas a dudas, se sigue recabando información que contribuya a dejar en claro cada resquicio de la investigación. Todos los expedientes han sido acumulados por las autoridades para evitar que las investigaciones se dispersen y que eso sirva para complicar el esclarecimiento total del caso.

Sin embargo, es muy evidente que hay personas interesadas en llevar agua a su molino capitalizando perversamente, de forma vil, dicha tragedia. Es obvio que atrás hay quienes están interesados en confundir a la opinión pública solamente para ganar un puñado de votos en las siguientes elecciones. ¿Cuáles elecciones?: las de todos los años, pues ya sabemos que en México hay procesos electorales todos los años, locales o federales.

El drama para las familias de los desaparecidos reclama la solidaridad de los mexicanos. Quienes miserablemente pretendan capitalizar el caso para ganar votos, merecen todo el repudio de los mexicanos. Nadie tiene derecho de medrar de la desgracia que en este caso no es ajena, dado que es una fatalidad que nos afecta a todos los mexicanos, de una forma u otra, lo queramos o no lo queramos. Por eso todos debemos repudiar a quienes pretendan partidizar este lamentable acontecimiento.

Esa condena merece dirigirse también contra quienes promueven rumores, contra quienes irresponsablemente hablan del tema sin saber nada del caso, contra aquellos que se solazan dispersando “puntos de vista” que en realidad son prejuicios y pruebas de ignorancia supina.

No hay carpetazo ni hay cerrazón en el caso de los normalistas de Ayotzinapa. No hay olvido para los familiares de los estudiantes. No hay impunidad ante la tragedia. El gobierno federal ha dejado en claro que el caso seguirá abierto y se mantendrá la presencia de organismos internacionales y nacionales que contribuyan a sacar a relucir toda la verdad en el caso.

La Procuradora General de la República, Arely Gómez, no deja duda sobre la postura del gobierno federal que encabeza el Presidente Enrique Peña Nieto. Al respecto, ha dejado de manera transparente: “La desaparición de los estudiantes normalistas en Iguala, Guerrero, es un hecho que indigna y lastima a toda la sociedad y, por supuesto, al Gobierno de la República”. Por eso el gobierno federal no ha reparado en los costos de todas las investigaciones, las que se han realizado, las que se realizan y las que se realicen en el futuro. Lo que está de por medio en el caso de los jóvenes estudiantes normalistas de Ayotzinapa, es la confianza de los mexicanos en sus instituciones. Eso vale cualquier inversión.

VEREMOS Y DIREMOS.

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