Cuidado con el amor cibernético

También Con Enfoque Soy Legal

Muy buenos días lectores de ENFOQUE y de esta sección, donde tocamos temas de interés general.

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En esta ocasión tocaremos un tema, que por desgracia va creciendo más y más, y está destruyendo hogares y a familias enteras, el llamado “Amor de las redes sociales”, y para contarlo lo haré en forma de novela, que tiene su lado de verdad y ficción.

Un día cualquiera me disponía a tomar mis sagrados alimentos y ver las noticias, antes de dormir, cuando de repente suena el teléfono y en el otro lado es una persona que necesitaba auxilio legal, estaba afuera de mi despacho y casa habitación a la vez.

Le abrí la puerta y pasó, era una persona del sexo femenino y de aspecto en su persona descuidada y de extracto bastante humilde, me contó que se dedicaba a las labores domésticas además de planchar y lavar ajeno, además de recoger latas entre la basura para mantener a su familia.

Le dije que era una historia cada vez más común en nuestros días, pero no veía el problema legal.

Se soltó a llorar y me explico cómo su patrona la había demandado por un pagaré de tres mil pesos, cuando ella le había solicitado solo trescientos pesos para una medicina para curar a su hija.

De entre sus ropas sacó la demanda y vi el pagaré, que era por la cantidad antes mencionada, y le pregunté ¿tú la firmaste? Y me respondió que sí, pero estaba en blanco la cantidad y ese dinero no lo tenía y que le dijeron los abogados de la señora que la meterían a la cárcel y se sentía muy desesperada al grado de querer quitarse la vida.

Le toqué su hombro para decirle: confía en mí. Al otro día respondimos la demanda y todo se arregló de una forma benéfica para la señora, le dije que el asunto estaba terminado y que ya no había de qué preocuparse.

Me dio las gracias y me dijo que como agradecimiento me realizaría el quehacer de mi casa y mi despacho, además de lavarme y plancharme.

Así pasaron los días y al mes decidimos juntar nuestras vidas, yo nunca he creído en clases sociales y la acepté con sus hijos.

Pasaron los años, se convirtió de la noche a la mañana en la esposa del licenciado, aunque nunca quiso dejar de trabajar, de esta forma después de 8 años, un día sin pensarlo le dijo al licenciado, tengo una relación, es más joven que tú y me va a dar una vida de lujos y tenemos unos meses ya de tener relaciones.

El licenciado estaba a punto de golpearla y de vaciarle la pistola de su despacho, pero algo lo detuvo y se retiró a su habitación, para meditar en qué había fallado si solo vivía para ella y sus hijos.

Al poco tiempo empezó a ver que su esposa no soltaba el teléfono y se la pasaba escribiendo (chateando) todo el día.

Así la relación cada día se enfriaba más hasta el punto de dormir en camas separadas.

Un día se plantó enfrente de ella y le dijo: esto se acabó.

Se retiró de la casa y del despacho, y a los meses se enteró que el fulano con el que se fue su adorada compañera no era influyente y que no solo no le había cumplido ningún sueño, además violó a una de sus hijas que eran los ojos del licenciado.

Este fue a su despacho, localizó a este sujeto y le vacío la pistola. Ahora el licenciado está muy enfermo y pasa sus últimos años de su vida en prisión.

Esta historia que puede ser inventada pasa todos los días, las relaciones en las redes sociales son cada día mayores y hay quien se especializa en embaucar a la gente con el simple hecho de decir “gracias por aceptar mi solicitud”. Y de ahí para adelante hasta truncar a familias enteras. Por eso debemos tener más cuidado en qué están viendo y chateando nuestros hijos y mujeres, no se dejen deslumbrar por lo que se dice en internet, la mayoría de las veces es un “mitoface”.

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