De la civilidad, a las andanzas del divo

LA VERDAD… SEA DICHA/Martín Elías Robles

 

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Por fin dejé la flojera y me puse a darle una limpiadita al viejo librero que heredé de mi padre Sergio, quien como ya le he platicado amable lector, fue maestro normalista con especialidad en lengua y literatura; así que ya se imaginará usted la cantidad de libros que dejó a mi cuidado. Ciertamente los he leído todos, muchas veces. Hurgando en el mágico librero, por mera casualidad encontré un pequeño libro que precisamente le tocó llevar a mi padre como alumno en su educación  primaria, allá por el año de 1954, es un ejemplar titulado: Libro Cuarto “SABER LEER”, así que ni tardo ni perezoso me puse a ojearlo con singular curiosidad. Oiga, no cabe duda que en aquellos tiempos había una especial preocupación en las autoridades educativas por fomentar los valores humanos, morales, por inspirar en los niños la educación y el pleno respeto hacia sus semejantes; aquellos libros eran un templo de sabiduría dedicado a la civilidad.

Entre tantas joyas literarias que habitan en el añejo libro encontré; “LA CALLE” (Carta a mi hijo) del escritor italiano Edmundo De Amicis. Aquí le transcribo tan original escrito:

“Te observaba desde la ventana esta tarde al volver de casa del maestro; tropezaste con una pobre mujer. Cuida mejor de ver cómo andas por la calle. También en ella hay deberes que cumplir. Si tienes cuidado de medir tus pasos y tus gestos en una casa, ¿por qué no has de hacer lo mismo en la calle, que es la casa de todos? Acuérdate Enrique: siempre que encuentres a un anciano, a un pobre, a una mujer con un niño en brazos, a un impedido que anda con muletas, a un hombre encorvado bajo el peso de su carga, a una familia vestida de luto, cédeles el paso con respeto; debemos respetar la vejez, la miseria, el amor maternal, la enfermedad, la fatiga, la muerte. Siempre que veas a una persona a la cual se le viene encima un auto, quítale del peligro, si es un niño; adviértele, si es un hombre. Pregunta siempre qué tiene el niño que veas solo llorando. Recoge el bastón al anciano que lo haya dejado caer. Si dos niños riñen, sepáralos; si son dos hombres, aléjate para no asistir al espectáculo de la violencia brutal que ofende y endurece el corazón.

Y cuando pase un hombre maniatado entre dos guardias, no añadas a la curiosidad cruel de la multitud, la tuya: puede ser un inocente. Cesa de hablar con tus compañeros y de sonreír cuando encuentres, o una camilla de hospital que quizá lleva un moribundo, o un cortejo mortuorio,  porque ¡quién sabe si mañana no podría salir uno de tu casa! Mira con reverencia  a todos los muchachos de los establecimientos benéficos que pasan de dos en dos, los ciegos, los mudos, los raquíticos, los huérfanos, los niños abandonados; piensa que son la desventura y la caridad humana los que pasan. Finge siempre no ver a quien tenga una deformación repugnante, ridícula. Apaga siempre las cerillas que te encuentres encendidas al pasar; el no hacerlo podría costar caro a alguno. Responde siempre con finura al que te pregunte por una calle. No mires a nadie riendo; no corras sin necesidad y no grites.

Respeta la calle. La educación de un pueblo se juzga, ante todo, por el comedimiento que observa en la vía pública. Donde notes falta de educación fuera, la encontrarás  también dentro de las casas. Estudia las calles, estudia la ciudad donde vives, que si mañana fueras lanzado lejos de ella, te alegrarías de tenerla bien presente en la memoria, y de poder recorrer con el pensamiento tu ciudad, tu pequeña patria, la que ha constituido por tantos años tu mundo, donde has dado tus primeros pasos al lado de tu madre, donde has sentido las primeras emociones, abierto tu mente a las primeras ideas, y encontrado los primeros amigos. Ella ha sido una madre para ti: te ha instruido, deleitado y protegido. Estúdiala en sus calles y en su gente; ámala, y cuando oigas que la injurian defiéndela. Tu padre”.

QUE JUAN GABRIEL ESTÁ VIVO. Santa Madre María de Guadalupe, que el divo está vivo. Como no nos vayan a salir con aquella historia espectacular cuando murió Pedro Infante, y entonces un diario de circulación nacional publicó en primera plana “Pedro Infante no ha muerto” y con letras chiquitas aseguraban “vive en el corazón de los mexicanos”. Lo de Juan Gabriel parece una historia fantástica; en agosto de 2016 murió en Estados Unidos, luego sus cenizas fueron traídas al Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México, donde miles de mexicanos le rindieron un gran homenaje, después los diarios amarillistas dirían que las cenizas del divo nunca estuvieron en el recinto cultural. Todo mundo lo tomó como el inicio de la mitología que suele surgir cuando muere una estrella del espectáculo.

Pero esta historia ha dado tintes de asombro y admiración, cuando a la opinión pública ha salido un ex manager de Juan Gabriel, quien asegura que el compositor sigue vivo y escondido. En diciembre pasado fue la primera vez que Joaquín  Muñoz hizo la declaración y prácticamente fue juzgado de loco y oportunista. Ya antes, Ricardo González el famoso payaso “Cepillín” también aseguró que Juanga estaba vivo. Cuando se pensaba que el asunto estaba olvidado, hace apenas unos días Muñoz se hizo presente en la gira del Presidente Andrés Manuel López Obrador para informarle que Juan Gabriel está vivo; luego en Palacio Nacional se presentó para entregar una supuesta carta que el cantante le envió al presidente Obrador, en la que le pide una audiencia; misiva que fue recibida por Leticia Ramírez, quien aseguró que el presidente está en la mejor disposición de recibir al cantante.

La insistencia del ex manager, su presencia y la seriedad que muestra, en verdad que nos hace pensar en si lo que dice es cierto, lo que sería una noticia única y excepcional. Como le comento, Joaquín Muñoz  no es el único que asegura que Juanga está vivo y que ha fingido su muerte sólo como una manera de protegerse. Hay circunstancias en torno al deceso del divo que no han quedado claras, como su acta de defunción que no se ha dado a conocer, la entrega de regalías a sus hijos por parte de la Sociedad de Autores y Compositores de México, y el silencio de su heredero, su hijo Iván. Indudablemente, Juan Gabriel sigue en el corazón de los mexicanos, ahora habrá que esperar para saber si en verdad  está vivo…

EN EL CONGRESO LOCAL PREOCUPADOS POR EL AGUA. La intención es buena, nadie se la quita a los diputados de la Trigésima Segunda Legislatura de Nayarit, cuando legislan para garantizar que haya agua potable tras modificaciones a la ley, para diseñar políticas públicas de vinculación social, de cultura del cuidado y el uso responsable del agua. Se busca obligar a los organismos operadores a cumplir con el abastecimiento del vital líquido. Pero por lo visto, en la práctica la ley y sus modificaciones son letra muerta. Ya ve en Tepic, las autoridades municipales no dan una, el SIAPA es un desastre. Veremos si esta nueva modificación propuesta en el congreso le trae buenos dividendos a los tepicenses. robleslaopinion@hotmail.com

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