No es hasta 1901 cuando las autoridades del Territorio comprenden que había que hacer una infraestructura para facilitar el trabajo, que en un 98 por ciento lo hacían las mujeres, sobre todo para que hicieran el trabajo bajo un techo.
Alguna referencia contemporánea relaciona a Albina “La Negra” Luna, inspiradora del “Son de la Negra”, con esta labor doméstica; incluso, chismean, que el compositor despechado, Fidencio Lomelí, inspiró los primeros acordes del son, en el movimiento de la novia tallando la ropa contra el lavadero.
De las fotos del Tepic de antaño, de las más difundidas y apreciadas son las de las lavanderas de Acayapan. Es tan útil el servicio que hasta hace pocos años aún funcionaba con cierta regularidad.
El dato, etiquetado y dedicado a mi persona
Nuestro amigo Alberto Gutiérrez Campos, vecino de Compostela, sobrino del historiador Salvador Gutiérrez Contreras, es muy participativo en su muro de Facebook en internet. Nos comparte fotos, datos históricos y anécdotas tanto de su cosecha como de la herencia de su célebre tío.
Esta semana de agosto, me sorprendió una notificación en mi espacio de Facebook, donde Alberto, (a quien he visto unas dos o tres veces apenas por acá en Tepic), me dedica un testimonio periodístico relativo a la oficialización de los Lavaderos de Acayapan.
Literal
Le agradecí y le solicité me permitiera compartir por escrito tal documento, publicado en el “Periódico Lucifer”, Tepic, número 1061, 27 de noviembre de 1901, que aquí les transcribo:
“El presente artículo va dedicado a nuestro buen amigo; periodista, cronista y bohemio: Bernardo Macías, que espero le sea de su agrado.
El sábado 23 de noviembre de 1901 a las once de la mañana, llegó una comitiva al lugar denominado “Acayapan” para inaugurar solemnemente los lavaderos y baños para uso público gratuito. Dicha obra se mandó construir por el Honorable Ayuntamiento de Tepic.
A dicho lugar hicieron comparecencia los señores; Jefe Político del Territorio, General Don Pablo Rocha y Portú, presidente del Ayuntamiento Don José María Menchaca, Ing. Don Ramón de Ibarrola, Secretario de Gobierno, el poeta olvidado Antonio Zaragoza, regidores Federico Beyer y Lic. Carlos Pesquera, así también el Mayor Don Fernando Trucy Aubert, el secretario del Ayuntamiento Lic. Roberto Valadez.
A nombre de la municipalidad, el Lic. Valadez, en unas cuantas frases discretas y oportunas, se refirió a la obra que acababa de concluirse, invitando al señor Jefe Político, la comitiva recorrió las obras construidas al son de placenteras piezas musicales que fueron ejecutadas por la Banda Municipal.
Tres hermosas señoritas que allí se encontraban llevaron su amabilidad hasta el extremo de servir de madrinas a los lavaderos, lavando con sus propias manos unas mascadas de seda, eran las señoritas Dolores Véjar, Candelaria Barrios y María Rentería. De las lavanderas de profesión que fueron invitadas a ese evento y manera de curiosidad, el reportero hace constar los nombres de las primeras mujeres que allí lavaron: Petra Rodríguez, Felicitas López, Aleja Dávila, Francisca Rivera, Leonor Hernández, Filomena Alvarado y Victoria Castro.
EL tanque fue inaugurado por un pequeño nadador, el niño Francisco Ayón, sirviéndole de madrina la señora Doña Manuela Navarrete. Uno de los beneficios señalados, fue con el fin de evitar que las mujeres dedicadas a este quehacer ya no sumergieran medio cuerpo en el agua para realizar su tarea, además quedaron los lavaderos cubiertos de los rayos del sol.
A las once cuarenta con siete minutos, el General Don Pablo Rocha, declaró inaugurada esta mejora, por encargo del General, el Lic. Zaragoza dijo unas cuantas palabras alusivas al acto.
Algunos datos referentes a esta obra
LA Partida número 50 del Presupuesto Municipal de Egresos del año fiscal de 1901, asignó la cantidad de $ 1,000.00 para el establecimiento de los lavaderos públicos en Acayapan.
Fueron construidos en total 34 lavaderos, con su respectivo servicio de atarjeas, y además un tanque elíptico para baño, cuyas medidas fueron; en los ejes de su base 8 metros de longitud, por cuatro de altura.
Los gastos erogados en la obra fueron de $ 886.78 centavos, como ven no hubo moches ni diezmos, ni ajustes para realizar el gasto total de la partida inicial aprobada, honestidad en el porfiriato que tanto se reprocha, y a los sinvergüenzas de la actualidad que se les defiende.
Alberto Gutiérrez Campos
Compostela, Nayarit. 23 de agosto de 2017.
Fuente: Periódico Lucifer, Tepic, número 1061, 27 de noviembre de 1901.”