Simples Deducciones
Silvia tiene 28 años, terminó su maestría hace apenas unos meses y ya disfruta de un trabajo estable, además tiene conocimientos de perspectiva de género aunque no se considera feminista como tal. Sostiene por experiencia propia que la violencia hacia las mujeres va más allá de las consecuencias del patriarcado, asegura que cada vez son más las mujeres empoderadas, que no se sienten menos que los hombres en ningún aspecto y que aun así son víctimas de violencia.
Silvia no creció en una familia disfuncional, tanto su papá como su mamá trabajan y al mismo tiempo hacen las labores del hogar; nunca vio un “mal trato” de su papá hacia su mamá ni siente que su familia haya reproducido usos y costumbres que propicien la violencia de género, es por ello que no logra entender por qué permitió durante tantos años que la violentaran.
Sostuvo una relación de noviazgo con su pareja por más de un lustro y se comprometieron a casarse, pero hace pocos meses todo se terminó, pese al “qué dirán” Silvia canceló el compromiso y finalizó su relación y trato con su futuro esposo; para los familiares y el círculo de amigos fue una sorpresa ya que eran la “pareja perfecta”, pero para Silvia fue el cierre de una realidad que por años se negaba a aceptar.
“En qué momento vemos cómo algo normal que nuestra pareja nos cele de manera excesiva, nos grite o levante la voz por darle like a una foto de algún conocido en el Facebook, o que nuestra pareja nos haga una escena si alguien le da me encanta a nuestras fotos, o si nos hacen algún comentario no se diga. Yo varias veces puse un alto en ese tema. Mi ex novio después de que nos confrontábamos parecía que entendía pero al parecer no fue así, solo le bajaba unos días con su forma de ser, nunca cambió”.
La última hora que Silvia aparecía “en línea” en el famoso WhatsApp, si se tardaba mucho en contestar, los comentarios que hacía en las redes sociales de sus amigos, todo era monitoreo por su ex novio, “no siempre eran reclamos fuertes pero si me hacía comentarios, me quería tener controlada en todos los sentidos y yo no le daba mucha importancia, la verdad ese fue mi error, inclusive fui cambiando poco a poco, mis amigas me decían que él me había domado”.
Silvia siempre fue una mujer confiada, segura de sí misma, reconocida por sus amistades como alguien inteligente que siempre sabía lo que quería, pero cuando comenzó su relación con su ex novio se apartó mucho de su vida social, dejó de salir con sus amigas, mucho menos iba a un encuentro donde hubiera amigos hombres, a menos que la acompañara su ex pareja.
“Yo no te pudo decir que me golpeó, lo más fuerte fue levantarme la voz, gritarme, pero lo nuestro no era sano, sin darme cuenta fui tolerando muchas cosas dizque por amor, o no sé, justificaba muchas de sus conductas pero me estaba dañando psicológicamente, me hizo sentir insegura y la verdad es algo que no quería aceptar, pero la forma en que se quería imponer en la organización de la boda, de todo, el decir que mis ideas estaban mal, casi, casi me decía que yo no opinara imagínate”.
Este tipo de casos son más comunes de lo que creemos, Silvia se cuestiona actualmente por qué soportó tanto, hoy reconoce que luego de terminar su relación de casi 6 años de noviazgo, siente que se quitó un gran peso de encima. Muchas veces sin pensar repetimos el patrón conductual visto por años en la familia, otras tantas (la mayoría) las mujeres suelen justificar el mal trato de sus parejas o ciertas conductas agresivas, pensando que “él va a cambiar”, sin embargo esto casi nunca sucede.
Silvia es un ejemplo de ello, hoy se repone psicológica y espiritualmente de esa tóxica relación y cuando se sienta de nuevo confiada para emprender algo nuevo, lo hará con la precaución de no pasar por lo mismo. Mándame tus comentarios, dudas y sugerencias a mi Facebook Juan Félix Chávez Flores o a mi correo juanfechavez@gmail.com