El dilema del financiamiento a los partidos

Con Visión Ciudadana

El tema del financiamiento público a los partidos ha estado rebotando a nivel nacional y local por ya varios años, pareciera que fue hace siglos que el entonces senador del entonces partido “Convergencia” Dante Delgado, traía a discusión este tema a la cámara alta del Congreso de la Unión, con muy poco éxito como era de esperarse, en aquel momento el peso del partidismo en nuestro país era avasalladoramente superior que el impulso y el reclamo popular, sin embargo hoy con el empoderamiento que ha tenido el internet y las redes sociales, la eliminación del financiamiento a partidos no solo se ha reintroducido a la discusión nacional, sino que de nueva cuenta por vía de Movimiento Ciudadano, pudiera esta vez convertirse en una realidad, la iniciativa de “Sin Voto no Hay Dinero” ya dio un paso en esa dirección, sería entonces natural que se terminara por eliminar el financiamiento como tal a los partidos políticos.

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Ciertamente, en el deber ser, la idea de eliminar los raudales de dinero que llegan a manos de los partidos políticos parece una idea infalible, los resultados de ese financiamiento público simplemente no se están entregando a la ciudadanía, entre dirigentes partidistas envueltos en escándalos de regalos millonarios, personajes que han dedicado su vida literalmente a la política y se permiten viajar por todo el país sin descanso, otros con lujosos estilos de vida y demás, pareciera que esos recursos se están dilapidando y esos miles de millones de pesos pudieran estar mejor empleados, como por ejemplo, en la reconstrucción de las ciudades devastadas por fenómenos naturales.

Eso en cuanto al deber ser, pero tomar esta medida trae a mi parecer dos problemas que deben preverse y preparar una alternativa antes de llegar a eliminar del todo el financiamiento a partidos, en primer término, tomando como ejemplo el límite a las campañas impuesto desde hace algunos ciclos electorales, no ha traído una reducción en el gasto, por el contrario, pareciera que el dinero que se ve fluir en las campañas políticas en todo el país se ha incrementado, obviamente en papel, los hábiles contadores y administradores emparejan gastos con presupuestos e incluso algunos se quedan cortos, sin embargo, esto solo demuestra que el efectivo, en casos pareciera de dudosa procedencia, se ha convertido en el pilar de las campañas políticas, con todos los riesgos que esto involucra pareciera que para esa situación un cambio total en la manera de hacer política es necesario, sin embargo se ve lejísimos esta posible renovación.

Por otro lado, en caso de eliminar el recurso destinado a los partidos, cabe preguntar ¿qué pasará con esas pesadas estructuras creadas en torno a los partidos?, donde laborará o con que se le pagará a los consejeros, presidentes, secretarios, funcionarios, ayudantes, auxiliares e infinidad de personas que reciben rutinariamente dinero de los partidos como parte de su trabajo ordinario, ¿quedarán en la calle? ¿recibirán efectivo de alguna fuente desconocida? Indispensable a mi parecer prever ambos temas potencialmente dañinos para toda la sociedad antes de eliminar por completo el dinero de los partidos, obviamente es el camino correcto, los partidos como tal ya no son una estructura que represente a la sociedad, se han convertido en negocios familiares o sectoriales para provecho y beneficio de un puñado de personas, simplemente el movimiento debe hacerse con bastante inteligencia para no crear otros problemas.

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