El Leviatán moderno

Véritas Liberabit Vos

El filósofo inglés Thomas Hobbes en su obra Leviatán, escrita en los albores del siglo XVII, nos señala que la sociedad surge de un acuerdo o contrato artificial, basado en el propio interés que tiene cada persona al buscar su seguridad por temor a los demás, por este acuerdo donde cada ciudadano cede una parte de su soberanía, es que surge el Leviatán que representa un poder o autoridad que brinda esta seguridad.

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Afirma que el hombre en este estado de naturaleza vive una guerra de todos contra todos, convirtiéndose así el hombre en el propio lobo del hombre, pero aún en ese estado, el hombre sigue siendo un ser racional, tal como lo expresaba Aristóteles, por lo que tiende a buscar alternativas de solución a sus ingentes problemas de seguridad e integridad, cediendo sus derechos en favor de un tercero surgido de este contrato y así superar el peligro.

Este Estado se convierte en la fuente única de derecho, moral, creencias, un hacinamiento de poder resultante de un egoísmo colectivo, donde cada individuo posee una libertad que al momento de relacionarse con las demás personas debe renunciar a ésta y establecer un común acuerdo con el resto de la gente para poder convivir con plenitud, dando así como resultado el nacimiento de una voluntad general que representa el albedrío del pueblo.

Esta cita del pensamiento de Hobbes quién junto a la obra el Contrato Social del ginebrita Juan Jacobo Rousseau influyó de mayor manera en el pensamiento europeo de aquella época interiorizándose en la filosofía política para dar una posible explicación sobre la percepción del hombre y su relación con las formas de poder, su relación con la sociedad y la explicación de su propia naturaleza con la influencia en su destino.

Esta concepción de Hobbes sobre que el hombre es el propio lobo del hombre sale a colación al analizar los motivos internos que han movido a Estados Unidos, Rusia, los países del Oriente Medio y todas las huestes separatistas de esta región, que se han propuesto como objetivo primordial conjunto eliminar al Estado Islámico también conocido como Daesh, EI o Yihadistas, estableciendo que el año 2016 será el año de la victoria, desterrando al Estado Islámico de los territorios ocupados tanto en Siria como en Irak.

La recuperación de la ciudad iraquí de Ramadi arrebatada por el ejército de Irak apoyada por la coalición ha sido un detonante de motivación y optimismo para contrarrestar la ferocidad y sanguinarismo con que las tropas del EI fueron avanzando en forma alarmante por las fronteras del norte y que sin la menor consideración se apropiaron de ciudades tan importantes como Samarra y Mosul, la recuperación de esta última ciudad es considerada como la joya de la corona en los planes estratégicos, que de acuerdo a los informes externados en días recientes por el portavoz de la coalición coronel Steven Warren ya se ha recuperado del Estado Islámico más de un cuarenta por ciento de territorio en Irak y otro veinte por ciento en territorio de Siria, claro que estos números pueden ser un poco atrevidos en sus cifras, pero inyectan un tanque de oxígeno y persuasión a sus integrantes.

Sin embargo a pesar de ver los resultados generados por esta coalición, el caldo de cultivo que integra los intereses muy personales de cada nación o brazo separatista da señales que vislumbran que cada uno de estos protagonistas juegan su propio rol apoyado en sus necesidades particulares sobre todo al emerger la rivalidad milenaria entre los chiitas aquellos que a la muerte del profeta Mahoma estimaban que el poder debería ser heredado en línea directa a la descendencia del profeta y por otro lado los que se basaban en lo establecido en los textos sagrados de la Sunna ( de ahí el nombre de sunitas) que establecía que el poder recaería por decisión de la comunidad musulmana, esta discrepancia que está en carne viva volvió a resurgir en un conflicto entre Arabia Saudita de gobierno sunita al saberse de la ejecución de un clérigo chiita de Irán.

A esta ancestral diferencia entre chiitas y sunitas que caracteriza a los países Siria, Irán, Irak, Arabia Saudita y que carcome su estabilidad permanentemente, se une la postura de los kurdos que de igual forma lucha por el control de sus territorios especialmente con Turquía, también la lucha por la preponderancia ya histórica y espiritual entre Irán y Arabia Saudita, sin menospreciar los intereses que por igual hay en esa región entre Israel, Rusia quienes aprovechando el ataque por todos deseado sobre el EI,  también refuerzan el ataque hacia sus enemigos, atacándolos colateralmente.

Ante esta diversidad de intereses y metas propias, pero al mismo tiempo de temores y discrepancias, es que resurge lo que en aquel siglo Hobbes externaba en su célebre libro y que ahora lo aplicamos en este conflicto “ El poder es la tendencia que manifiestan los hombres de sacar el mayor provecho de los medios que tienen para conseguir su bienestar, se presenta este deseo cuando se comparan y desconfían entre sí por el anhelo de reconocimiento y preservación de la vida, que se relaciona con el honor, capítulo XIII del Leviatán”.

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