EL México que queremos

La verdad… sea dicha

Por encima de las deslealtades políticas, de las afrentas y los desmanes, siempre tendremos a México, la Patria que es para la gente noble, trabajadora y justa. Queremos que perdure la tierra santa de nuestros ancestros, y que crezca el país con pleno desarrollo para el bien de nuestros hijos. Los mexicanos  estamos viviendo tiempos difíciles por la inmensa pobreza que cubre buena parte de la nación; los mecanismos gubernamentales no han sido el remedio eficiente para la problemática que sigue creciendo, y las dádivas asistencialistas son sólo un espejismo de solución en las entrañas de un pueblo que adolece de todo. Ciertamente, hay francos intentos de los gobiernos estatales por llevar a las familias apoyos alimentarios, aún sin embargo la problemática no se soluciona con eso, pues lo más importante sería que los mexicanos no necesitáramos de las ayudas institucionales. Francamente los programas sociales para los pobres por desgracia son la prueba palpable de que en nuestro México la riqueza no está bien distribuida, de que los planes de desarrollo son un fracaso total, y que las estrategias económicas no funcionan, por lo menos para el grueso de la población. También, es erróneo el comportamiento de los legisladores, cuando están más interesados en resolver sus asuntos personales y de partido que en encontrar una solución real a las necesidades del pueblo mexicano.

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Cuando en el Gobierno Federal se han realizado las llamadas reformas para enderezar el barco, modificaciones en Educación, en Salud, en Justicia, en Energía, en Hacienda, cualquiera pensaría que vamos por el camino correcto; pero cuando por ejemplo, descubrimos que en los temas de corrupción gubernamental seguimos igual, el sueño de progreso y bienestar que nos dibujan simplemente desaparece. Mire, amigo lector, ahí está el triste caso en Pemex, donde todo mundo sabe que inapropiadamente se desmanteló la paraestatal del petróleo, se robaron las ganancias, y nadie hizo absolutamente nada; hasta dónde y a quiénes involucra la corrupción en Pemex, no lo sabemos. Como le digo, regresando al tema de la erradicación de la pobreza, esta sigue siendo una asignatura pendiente para el gobierno federal, y de nada valdrán los cambios que se hagan en la nación si primero no se logra disminuir la mendicidad; las dádivas no son la solución real, hacen mucha falta empleos, industrias, fabricas, mecanismos benévolos para por fin incentivar la pequeña y mediana empresa, señuelos confiable para atraer a los grandes inversionistas; hace falta sanear a las dañadas instituciones gubernamentales y acabar con la corrupción que corroe a las dependencias públicas, es necesario reordenar los contratos laborales con los sindicatos para que no terminen llevándose el presupuesto de los gobiernos estatales, para que no abusen descaradamente de las arcas, como lo hace también el sindicato petrolero y sus adustos líderes sinvergüenzas. A pesar de todo, México es un país grande, esplendoroso, con una luz que no la apaga nada; hay mexicanos gloriosos, geniales, gente noble y sencilla, y una historia de proezas que no nos la quita nadie. Por eso siempre pido que viva México y los mexicanos que no obstante las adversidades, sabemos salir adelante.

DE QUÈ SIRVE LA LEY, LOS AGIOTISTAS SIGUEN HACIENDO DE LAS SUYAS

Recuerdo que allá por el mes de mayo de 2015 en la Trigésima Primera Legislatura de Nayarit fue aprobada una iniciativa de reforma al Código Penal del Estado para evitar que las personas que tuvieran adeudo con empresas o casas de préstamo fueran hostigadas o presionadas con llamadas amenazantes, o que les asustaran con los mentados embargos; de tal modo que con la nueva disposición penal todos los abusivos acosadores, cobralones podrían ir a la cárcel de seguir en sus prácticas ilegales. Pues déjeme decirle amigo lector que de poco ha servido está adecuación a la ley, pues todos los días siguen fregando a la gente y asustándola con que la van a echar a la calle. ¿Acaso la mentada disposición también es letra muerta?

EL SALARIO DE HAMBRE

Apenas el pasado viernes fue quincena, así que como siempre ocurre, a cinco días de haber cobrado, muchos parroquianos ya andan hablando con las piedras porque ya no traen centavos. Aunque usted no lo crea. Y es que los mexicanos somos muy despilfarrados, gastamos más de lo que ganamos, nos endeudamos por nada, y nos encanta andar del tingo al tango presumiendo lo que no tenemos. Cuanta gente anda bien vestida, trae coche y no tiene ni para la gasolina. Luego, apoco no, somos muy fiesteros, siempre tenemos un motivo para echar la casa por la ventana; en el bautizo, los 15 años, o la boda de los hijos. De momento quedamos bien con todo el mundo, pero luego vienen las penas y las preocupaciones, cuando cada mes hay que apechugar con el abono de la deuda al banco o la casa de préstamo. Malas cuentas hacemos, porque sabiendo que el salario que ganamos no da para estar pagando el préstamo, hay vamos a poner nuestra cara de buenos clientes financieros para conseguir el dinero; ahora sí que como diría mi tía Eduviges, nos ponemos solitos la soga en el pescuezo. Pero qué le vamos hacer, lo fiestero y lo gastalòn es parte de la idiosincrasia del mexicano.

UNA MEJOR IGLESIA CATÓLICA

Ahora que el Papa Francisco está haciendo todo lo posible por reivindicar las bondades de la Iglesia Católica hacia sus fieles; ahora que el Pontífice está con la firme intención de abrazar la posible esperanza de una mejor calidad de vida para los feligreses del mundo, resulta, son precisamente algunos de sus apóstoles quienes acaban con el trabajo conciliador. Ya sabe usted, sacerdotes pederastas, abusivos, y ahora para colmo de males en los Estados Unidos detuvieron hace un tiempo a un clérigo que se dedicaba a vender drogas y juguetes sexuales entre los católicos, hágame usted el refregado favor. Es claro que en el Vaticano urge una nueva reorganización y una revisión exhaustiva de los estatutos con los que se rigen en el clero para de algún modo meter al carril a los desquiciados sacerdotes que manchan el positivo accionar de los auténticos emisarios de la fe católica.

Ciertamente, en todo rebaño hay ovejas negras, pero en este parece que ya son muchas las que se mueven en el mismo territorio. Mire usted, amable lector; a partir de la llegada del Papa, por todo el mundo se ha intensificado un trabajo mediático para posicionar la imagen de un Vicario de Cristo más humano, noble, el que a diferencia del anterior parece haber entendido que este mundo está lleno de gente necesitada y pobre; necesitada no sólo de dinero sino también de valores. No sé realmente hasta qué punto los medios informativos y la estrategia están bien dirigidos a magnificar la postura piadosa del Pontífice, o si el Papa se apega a un plan de reivindicación con los feligreses; de cualquier modo la presencia afable del Papa Francisco está causando muy buena impresión, algo que nunca pudo conseguir Benedicto XVI. Lo que es un hecho es que la Iglesia Católica ya se dio cuenta que al paso de los últimos años, por las razones que guste y mande, han dejado de ser el acostumbrado refugio religioso al que millones de personas acudían fielmente. No podemos negar que hay sacerdotes que siguen al pie de la letra su apostolado, son seres nobles que mucho ayudan a la ciudadanía y quizá es gracias a ellos la razón por la cual el catolicismo sigue teniendo el respeto y la confianza espiritual de mucha gente. Pero, de que debe haber un cambio en la actitud de la Iglesia Católica, ni duda cabe. Hasta pronto. Para comentarios robleslaopinion@hotmail.com

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