En el Día de los Muertos

La verdad… sea dicha

Hoy es Día de los Muertos. Justo como lo marca la tradición; la misa, las flores, la música y la comida, serán como siempre el ingrediente perfecto para recordar a nuestros seres que ya se han ido. Mire usted, amable lector; esta festividad que es de veneración y culto en algunos sensibles parroquianos, para otros es todo un negociazo, pues como siempre lo digo, es la ocasión para la venta anual de los vivos muy vivos. Los comerciantes desde ayer han empezado a recibir gustosos a los fervientes visitantes que arriban al panteón, y desde luego a las jugosas ganancias de sus apuradas vendimias, las que no tendrían nada de malo, si no fuera porque siempre hay garañones sinvergüenzas que aprovechan el momento y la demanda de productos para aumentarlos de precio. Pero, bueno, en el afán de ser buen cristiano y seguir abonando a la ancestral tradición mexicana; dígame usted, por ejemplo, a quién no se le antoja en estos días levantarse temprano, llevarle flores a su difuntito, y cristianamente rezarle un Padre Nuestro, o hasta dos, para después salir del panteón a buscar los puestos de comida, y así degustar unas gorditas con atole de ciruela, o unos sabrosos tamalitos de pollo y puerco refritos en aceite, y bien escurriditos, por aquello de evitar el peligroso colesterol (que en un descuido y nos manda a hacerle compañía a quienes hoy festejamos). Y qué tal unos taquitos de asada con agua de horchata, de esa que nos sirven en unos vasitos como de juguete, pero que la venden más cara que la del SIAPA Tepic, claro cuando hay. Sin duda, la ocasión amerita ciertos despilfarros monetarios, y sin respingo, también le echamos el ojo al raspadito de hielo y tierra que sabe tan sabroso, sobre todo cuando el calorcito arrecia.

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En ese digestivo momento tan emotivo y placentero, ya no se recuerda la complicada llegada, y el estresante trayecto por la calzada casi impenetrable, que pasamos a duras penas para comprar las flores que inocentemente adquirimos en el cercano tercer puestecito, según esto, para tratar de evitar los apretujones y los abusos de los mercaderes con sus precios altos, descubriendo algunos pasos adelante que las flores escogidas, no sólo eran más caras, sino las más feas; pero ahí seguimos, disfrutando del evento. Por obvia razón, en estas fechas nos interesa saber si hay vida después de la muerte, si los muertos regresan, si el cielo o el infierno, si las cinco dimensiones, todo sobre teorías paranormales, metafísicas, o historias que se les parezcan; curioso pretexto para intentar descubrir en un sólo día el misterio de toda la vida.

LO ÚNICO SEGURO EN LA VIDA ES LA MUERTE

Es perfectamente entendible el miedo y la preocupación que todas las personas experimentamos ante un hecho como el de enfrentar la muerte, aún a sabiendas que desde el mismo día en que nacemos, es exactamente lo más seguro que tendremos por pasar. Mire usted, distinguido lector; la vida nos puede llevar por diferentes direcciones en las que nuestro real comportamiento juega un papel importante, ya sea para alcanzar la plena felicidad, o la desgracia de una vivencia amarga. Si las palabras de Amado Nervo son sabias, de alguna manera u otra seremos arquitectos de nuestro propio destino, de acuerdo al entorno en que nos toque vivir. Pero el caminito al más allá, de la forma que sea, no lo podremos evitar. Hay para quienes pensar en la muerte puede sonar aterrador, y para quienes como yo, nos preocupa profundamente de qué manera terminarán nuestros días; si en una acción violenta, alguna enfermedad paralizante, o tranquilamente en el sueño de los justos.

Sobre este enigmático asunto tan natural y a la vez estresante, a lo largo de mi remilgosa  vida terrenal me ha tocado, como a todos, supongo, conocer de historias que describen muy bien este irremediable destino fatal que nos alcanza tarde que temprano. Verá; Hace años cuando viví por un tiempo en el estado de Tamaulipas, a una de mis maestras de educación secundaria la vida le jugó una mala pasada; recuerdo que a ella nunca le gustó ir a balneario alguno por temor a morir ahogada, nunca pisó la arena del mar, ni las piedras de los ríos, pero para su desgracia, un mal día vino a dejar el mundo cuando tropezó en el baño de su casa y murió. También aquí en Tepic, hace tiempo se difundió en los medios de comunicación una historia singular sobre el caso de una preciosa señora de la tercera edad que justamente cuando se divertía en un convivio y luego de bailar algunas piezas regresó a su asiento para no levantarse nunca más, esto después de sufrir un ataque al corazón.

UNA DE FANTASMAS

Corría el año de 1996, cuando mi hermano Mayo y su servidor preparábamos un disco para la compañía BMG, ARIOLA, de tal modo que permanentemente teníamos que estar acudiendo a la compañía para arreglar algunos detalles relacionados con la grabación. En ese tiempo tuve la oportunidad de conocer a un agradable señor llamado Guillermo Barrera, quien por muchos años había tenido un puesto como director artístico en la empresa discográfica, pero que ya por su avanzada edad que pisaba los 80 años estaba dedicado al trabajo de repertorista para las contada ediciones discográficas especiales del catálogo musical de México. El Ingeniero Barrera desde que me conoció aseguró que mi persona mucho le recordaba al gran compositor José Alfredo Jiménez a quien tuvo la oportunidad de dirigir en los inicios de su carrera artística; nunca me dijo don Guillermo de qué manera me relacionaba con el famoso artista, supongo que tal vez se refería al carácter bonachón que según la gente poseo.  Un día, después de un buen tiempo de no ir a la oficina, me presenté ahí para firmar unos documentos, y a la entrada, en la recepción, saludé al Ingeniero Barrera, fue una conversación corta porque ya me esperaba el director artístico de la compañía; así enfilé a la elegante segunda planta del edificio donde platiqué un buen rato con José Luis un extraordinario director artístico, forjador de grandes figuras del espectáculo; bueno, el caso es que una vez firmados los documentos me despedí de José Luis, no sin antes comentarle que en la recepción había saludado a don Guillermo Barrera; el ejecutivo se me quedó viendo con cara de incredulidad y me preguntó inmediatamente, ¿Cómo que saludaste al Ingeniero Barrera, eso es imposible, el ingeniero murió hace tres meses? Me quedé helado, paralizado, con los pelos de punta como dicen en mi rancho. Sin más, me despedí  llevándome la extraña sensación de haber vivido una experiencia inexplicable.

CAFETEANDO LA NOTICIA

Desde ayer el Ayuntamiento de Tepic en el Panteón Hidalgo, con la colaboración del Instituto de Arte y Cultura está celebrando el Día de Muertos con música, danza y los tradicionales altares. También, por otro lado, en la Secretaría de Salud de Nayarit, desde hace dos semanas se vienen realizando operativos constantes de fumigación y colocación de abate en pilas y floreros de todos los panteones de Nayarit para tratar de evitar la reproducción del mosco  transmisor del dengue, Chikungunya, y zika. La FROFECO inició el operativo de Día de Muertos para evitar que los comerciantes abusen de los compradores. Se están revisando mercados públicos, panaderías, florerías, tiendas de autoservicio, estacionamientos, panteones, y lugares de venta de velas y veladoras, así como hoteles y restaurantes. Hasta pronto. Para comentarios mi correo robleslaopinion@hotmail.com

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