El nuevo entrenador del equipo mexicano será presentado este mediodía, con el principal reto de desatascar al Tri en los Mundiales.
La obsesión de escribir los aciertos y los errores o de ejemplificar movimientos y planificar tácticas será similar entre Gerardo Martino y su predecesor Juan Carlos Osorio.
Lo que deberá ser distinto es el resultado más importante del proceso que hoy inicia: la instancia que alcance México en Qatar 2022.
El argentino que ya firmó por cuatro años se pondrá por primera vez ante los micrófonos en su calidad de entrenador del Tricolor este mediodía para explicar por qué enfrenta el reto. Así, el colombiano inseparable de sus plumas azules y rojas será completamente pasado para la Selección Mexicana porque a partir de ahora será el Tata y su “Sharpie”.
El defensa y ex pupilo de Martino en el Atlanta United, Greg Garza, recordó que una de las peculiaridades del entrenador es que puede ir por cualquier lugar, plumón en mano, y de pronto desenfundarlo para rayar, en cualquier superficie donde quepa el dibujo de una cancha, algo que vio o que súbitamente le vino a la mente.
«Siempre andaba con su ‘Sharpie’ y rayaba en las televisiones de nuestras charlas de video antes de los partidos y yo diría que es un perfeccionista del futbol, lo que más me mataba de él es que sabe mucho del juego», contó Garza.
A diferencia de Osorio, que tomó a una generación que teóricamente llegaría al Mundial en su mejor momento, Martino asume en México durante un cambio de camadas pero con la misma obligación: superar el atasco de siete Mundiales sin superar los Octavos de Final.
Los triunfos en Concacaf y la clasificación sin apuros al Mundial que tanto le valieron a Osorio le llegarán a Martino casi como obligación porque su currículum es mucho mejor. Y tras un proceso donde al colombiano se le cuestionó más la forma que el fondo –porque en tres años su equipo pudo enorgullecer como también decepcionar con la misma fuerza–, Martino tendrá que buscar conformar un equipo que con más constancia alcance sus puntos más altos.
Si el colombiano se fue con 33 victorias, 9 empates y 10 derrotas, Martino podrá equiparar números pero lo importante será ganar más veces los juegos importantes.
Con 56 años de edad, después de un respiro en la MLS en que fue campeón sin la presión de dirigir a Argentina o el Barcelona, el Tata llega a México 20 años después de debutar como entrenador en el modesto Almirante Brown, en 1998, antes de que cumpliera dos años de su retiro como futbolista.
Icono de Newell’s Old Boys en ambas facetas, el Tata llevó a Argentina a dos subcampeonatos en Copa América, misma instancia pero con más mérito que a Paraguay, con la que además llegó a Cuartos de Final en Sudáfrica 2010. Con ese pasado y un futuro comprometido, esta tarde da inicio a una nueva etapa en la historia de la Selección Mexicana.
“No importa dónde estemos, en un juego fuera de casa, en el hotel, donde sea. Si él ve algo que cree es súper importante, lo escribirá sobre la pantalla de la televisión y nosotros nos quedamos como diciendo… ‘¿Eso se podrá borrar?’”, relató el jugador Michael Parkhurst, también expupilo del Tata al Atlanta Journal en mayo pasado.