El gobierno de Barack Obama implementó una serie de medidas para proceder con la normalización de relaciones con Cuba, las cuales desmantelan buena parte de la política del bloqueo del último medio siglo
Las medidas fueron justificadas como una nueva manera para lograr los mismos objetivos de hace décadas: fomentar el cambio político y económico en la isla.
Las medidas elaboradas bajo la orden ejecutiva de Obama que entran en vigor a partir de este viernes anulan varias restricciones sobre comercio, viajes e intercambios bancarios establecidas por el bloqueo estadunidense durante las últimas décadas.
Entre los cambios principales: se permitirá la exportación de ciertos bienes al sector privado cubano, sobre todo materiales de construcción, aparatos y sistemas de telecomunicaciones, y se facilitará aún más el comercio de bienes agrarios y médicos.
Bancos estadunidenses podrán establecer cuentas en Cuba, y viajeros, empresarios y los que envían remesas podrán usar tarjetas de crédito y débito; ya no serán necesarias licencias para ventas al sector privado cubano, ni para el envío de material a organizaciones civiles en la isla así como también donaciones a ciertos sectores.
Aunque no se anula la prohibición del turismo estadunidense a la isla, ya no se requiere una licencia especial para viajar sino simplemente la declaración de que uno viajará bajo 12 rubros establecidos (para fines culturales, científicos, de educación, entre otros).
Los viajeros ahora podrán usar sus tarjetas de crédito en la isla, y regresar con un total de 400 dólares en productos cubanos, incluyendo hasta 100 por persona en ron y tabaco cubano.
Por otro lado, las nuevas medidas elevan de 2 mil a 8 mil dólares anuales las remesas que se pueden enviar a un cubano (con la excepción de ciertos oficiales en el gobierno cubano o del Partido Comunista) en la isla y deja sin límites remesas destinadas a cubanos para uso en proyectos humanitarios, de “apoyo al pueblo cubano” o para el desarrollo de empresas privadas, así como para “organizaciones independientes que buscan promover una transición rápida, pacífica a la democracia” y el fortalecimiento de la sociedad civil.
Las nuevas medidas se implementan a poco menos de un mes del sorpresivo anuncio de ambos gobiernos para restaurar relaciones diplomáticas y solo tres días después de que Washington confirmó que La Habana cumplió con su promesa de liberar a 53 prisioneros en Cuba, parte del proceso para encarrilar la normalización.
La semana entrante, una delegación encabezada por la secretaria asistente de Estado, Roberta Jacobson, la diplomática encargada de las relaciones interamericanas, viajará a Cuba para proceder con el proceso de normalización incluyendo restablecer una plena relación diplomática. Si todo procede como se anticipa, se contempla que el secretario de Estado, John Kerry realice una visita oficial a la isla en los próximos meses.
El gobierno de Obama reiteró que todo esto se impulsa con el propósito de promover el mismo objetivo estadunidense de siempre: el “cambio en Cuba”.
Una declaración de la Casa Blanca sobre el inicio del proceso de normalización con la implementación de estas medidas afirma que “firmemente creemos que permitir un incremento en viajes, comercio y el flujo de información hacia y desde Cuba permitirá a Estados Unidos avanzar mejor nuestros intereses y mejorar las vidas de cubanos ordinarios”.
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Las medidas fueron tomadas para fomentar el cambio político y económico en la isla.