Un monje momificado hallado en posición de flor de loto en Mongolia no “está muerto” sino un paso más cerca de convertirse en un Buda de la vida real, pues está en un estado de meditación muy avanzado.
Un rotativo ruso aseguró que al monje se le practican análisis forenses para saber a ciencia cierta sus condiciones de vida, pues se cree que tiene cerca de 200 años. El monje fue hallado envuelto en pieles de animales, así fue como se preservó.
Uno de los expertos insiste en que la reliquia humana se encuentra en “estado profundo de meditación” y en un raro y muy especial nivel espiritual conocido como “tukdam”.
En los últimos 50 años se ha sabido de al menos 40 casos, sólo en India, que involucran a monjes tibetanos meditando.
El monje momificado, cubierto en piel vacuna, fue descubierto el pasado 27 de enero en la provincia mongola de Songinokhairkhan, se especula que la momia pertenece a un lama tibetano, quizá Dashi-Dorzho Itigilov, que nació en 1852.