Es conocido como “Rubén ‘Mascarita’”, en “Matando Cabos”; ‘General Medrano”, en “Quantum of Solace”; ‘El Cochiloco’, en “El infierno”, y ‘Hassan’ en “Los héroes del Norte”… Así de multifacético es Joaquín Cosío y dentro de esta variedad de rostros; tiene otro poco conocido: El de poeta
En entrevista, el histrión recordó que “la poesía es algo que ha estado en mí como un ritmo íntimo personal y de pronto emerge. Es de alguna manera lo que pudo haber sido el teatro, las necesidades interiores, impulsos que de pronto buscan una salida, una manera de expresarse”.
Cosío, quien recientemente visitó la Feria Internacional del Libro de Guadalajara ( FIL ), recorrió varios stands en busca de libros, sin guardias ni protocolos… Sentado en un restaurante al final de la feria, adelantó que Mantis Editores, editorial de Luis Armenta Malpica, está interesada en hacer una reedición de su último libro de poesía, en coedición con la Universidad Autónoma de Nuevo León. “‘Bala por mí el cordero que me olvida’ es un libro pequeño, breve, que en su momento tuvo bastante éxito y se acabó con mucha rapidez; estuvo cuidado por David Ojeda, un escritor potosino maestro mío”.
¿Y de qué trata? “Tiene que ver con mi exilio De haberme ido a la Ciudad de México —es originario de Tepic, Nayarit—; es de allá, de aquella naturaleza, esa geografía que yo recuerdo, es un libro sobre mi infancia, sobre el amor, sobre la nostalgia”.
El texto, dijo, tendría que sufrir un nuevo proceso, “vamos a incluir un prólogo de Humberto Chávez, hay nuevos poemas que queremos integrar”.
El origen
El histrión rememoró que en los ochenta formó parte de un taller literario en donde se formó: “No soy un autor prolífico, tengo tres libros; sin embargo, la poesía sigue estando en mí Sigue estando latente aunque mi trabajo profesional es el de actor, que en sí mismo es bastante absorbente”.
Cosío explicó que aunque ha escrito teatro y cuento, es en la poesía donde encuentra el mayor gozo: “Soy un actor profesional y la poesía es una actividad personal que obedece un flujo propio de acuerdo a mis posibilidades de escritura, no estoy obligado, no estoy obligado a hacer libros, siempre seré un escritor en ciernes seguramente, pero no por ello me deja de interesar la poesía”.
Sin etiquetas
Para Cosío, la poesía y la actuación se complementan: “La aspiración artística siempre es la misma, los formatos, los vehículos son lo que cambian porque de alguna manera buscamos generar arte, expresiones. El trabajo de actor también es un trabajo de fracción; tú construyes un personaje, lo escribes, de alguna manera hay elementos que se parecen, pero siempre buscaré la poesía para alcanzar esa dimensión extraordinaria de la expresión humana, con algo que pueda ser novedoso, original, sensible”.
En ese sentido, consideró que el que sea actor no le impide escribir, o hacer música o pintar. “En la recepción de los auditorios eso sí puede cambiar; como creador: si hago música la hago, si me interesa escribir, escribo. Mientras uno conserve la búsqueda personal, las cosas vienen por añadidura, de la misma manera que como actor no lo hago para ser famoso; sino para interpretar un personaje”.
Sobre si alguna vez pensó en dedicarse profesionalmente a escribir, indicó que nunca tuvo ese tipo de discusiones personales o íntimas, ya que ambas actividades las ha asumido de manera intuitiva. “Son disciplinas que yo requerí y se ofrecieron amistosamente como vehículos para poderme expresar, hasta que tuve cerca de 40 años me vi como actor profesional; sin embargo, hago teatro desde los 18 años; es decir, las definiciones y las etiquetas no son propiamente algo que me haya preocupado hasta este momento. Soy actor, pero también puedo escribir; así como soy padre de familia y nunca pensé serlo, no sé si algún día quiera ser chef, y si lo hago trataré de hacerlo lo mejor que pueda”.