La corriente democratizadora

Véritas Liberabit Vos1

Corría el año de 1985, México había vivido hasta ese momento el desastre natural más fuerte de su historia, un terremoto había devastado gran parte del corazón de la República y dentro de su dolor había hecho resurgir sentimientos y pasiones de diferente índole; en la parte política un ex secretario que estaba por dejar la embajada de México en la ONU Porfirio Muñoz Ledo estuvo en España donde el Partido Socialista Obrero español con Felipe González a la cabeza había logrado bastantes avances por medio de una corriente gestada al interior de su partido, ahí coincidió con el embajador de México Rodolfo González Guevara con quién avanzaron en una idea similar para trasladar los conceptos esenciales a su partido de origen el PRI.

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En México el saliente gobernador de Michoacán Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y ciertas fuerzas internas del partido discrepaban de los métodos económicos y sociales tomados por el gobierno de Miguel De La Madrid Hurtado titulados como neoliberales y la forma que se avecinaba para la elección del candidato a la Presidencia de la República a competir en las elecciones de 1988, donde a toda costa trataban de evitar que se diera el tradicional “dedazo”.

Ya en 1986 las ideas de Muñoz Ledo, González Guevara coincidieron con las de Cárdenas y las de una ex diputada Ifigenia Martínez y otros personajes más creando al interior del PRI una línea de opinión que fue conocida como la Corriente Democratizadora, donde sus objetivos principales era velar por una manera diferente para que el partido nombrara a su candidato a la presidencia y limitar los planes neoliberales o tecnocráticos que se vislumbraban de cara a lo que sería el nuevo siglo que ya daba signos tendientes  a un nuevo orden mundial.

Esta Corriente siguió ganando adeptos al interior del partido y gestionando acuerdos con Adolfo Lugo Verduzco y Jorge de la Vega Domínguez presidentes durante esos años del Partido Revolucionario Institucional cargo que también llegó a ocupar años antes Porfirio Muñoz Ledo, principal portavoz de esta nueva corriente. Se acercaban ya irremediablemente los tiempos de selección de candidatos y en una manera hasta ese tiempo novedosa, ante la opinión pública se dio a conocer (lo que fue conocida como la pasarela) los nombres de seis destacados mexicanos, funcionarios públicos con los merecimientos para ocupar la candidatura que los llevara a ocupar la silla presidencial, ahí estaban: El Regente capitalino y conocido amigo del Presidente De La Madrid Ramón Aguirre Velázquez, el Secretario de Gobernación Manuel Barlett Díaz, el Secretario Energía y Minas Alfredo Del Mazo (padre del actual Gobernador del Estado de México), El Secretario de Educación Miguel González Avelar, el Procurador Sergio García Ramírez a quién se le cubrió con un halo de ser el posible tapado, y un Secretario de Programación y Presupuesto Carlos Salinas de Gortari que sorpresivamente en sus comparecencias fue quién tuvo lo que hoy conocemos como “cargadas” al recibir diferentes manifestaciones de apoyo de sectores de la sociedad.

Las gestiones de esta Corriente para sus planes no lograron lo esperado, así se llegó al domingo 4 de octubre de 1987 donde a temprana hora los medios de comunicación mostraban a un Jorge de la Vega haciendo el ya tradicional rito donde mencionaba que los tres sectores del Partido, el Sector Obrero, el Sector Campesino y el Sector Popular se habían pronunciado por la candidatura del Lic. Carlos Salinas de Gortari para representar al tricolor en su periplo electoral y por ende para la Presidencia de 1988 a 1994.

El desenlace de las miras de esta Corriente Democratizadora no se hizo esperar, diez días después se daba una desbandada dentro del partido apoyando la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano por el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana y a la par de ello la unión de otras fuerzas especialmente de la izquierda que cristalizaron sus sueños de tener fortaleza en lo que se llamó en ese momento el Frente Democrático Nacional (FDN) que aglutinó a la parte recalcitrante de la oposición a donde se unió el Partido Mexicano Socialista (PMS) de Heberto Castillo en los últimos intentos de la fracción socialista por llegar al poder en México.

Las elecciones de 1988 pasarán a la historia como una de las más controvertidas no solo por el enfrentamiento del PRI con una escisión de él, sino por la fuerza tomada por el PAN y su carismático candidato Manuel Clouthier y el apoyo del DIHAC, que transformaron en un polvorín todos los meses que duró la campaña y el día decisivo conocido como “la caída del sistema” que vino aderezar más la ya complicada decisión.

El futuro que tuvo el Frente Democrático Nacional un año después fue su transformación en lo que hoy se conoce como el Partido de la Revolución Democrática un PRD muy diferente al actual donde solamente persiste de aquel tiempo en él Ifigenia Martínez, los demás líderes encabezan hoy ya otras facciones como Morena por mencionar a Andrés Manuel López Obrador que surgió de la Corriente Democratizadora

Hoy a treinta años de lo que fue un hecho inédito, decimos un cisma dentro del partido en el poder, se empiezan a mover de nuevo las piezas enfilándose a otras elecciones federales del 2018, camino que ya inició y que estará seguramente llena de controversia desde hoy para los nombramientos de candidatos ya no solo en el PRI sino también en los demás Partidos.

Por cierto aquel domingo 4 de octubre se dio un “albazo” al irse algunos funcionarios con la idea que el candidato era Sergio García Ramírez llegando a felicitarlo por su nombramiento, cuando minutos después se “destapaba” a Carlos Salinas, pero eso, eso  será otra historia.

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