La diabetes es: saber de qué te vas a morir

Yo no sabía que Salma Hayek era diabética. Ni que Woody Allen. Tampoco se tiene por seguro, debido al hermetismo de Roma, que el Papa Benedicto XVI padecía la diabetes. Elvis Presley sufrió diabetes tipo 2 y muere de 42 años de edad. Pero Liz Taylor, la bella actriz a sus 75 años, no parece sufrir el padecimiento, aunque se lo detectaron desde hace más de 30 años. Acaba de fallecer, debido a las mismas complicaciones,  Joe Frazier, un célebre ex campeón mundial de los pesados.

Otros famosos que padecen diabetes, (y lo reconocen), son la modelo afroamericana Vanessa Williams, el beisbolista David Wells, el animador Don Francisco. Célebres escritores como Ernest Hemingway  y H. G. Wells, el productor de cine Marcelo Mastroniani, y el fundador de Pink Floyd,  Syd Barret.

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El 14 de noviembre, Día Mundial de la Diabetes

Cada 14 de noviembre es el Día Mundial de la Diabetes. Las dependencias de salud en sus tres órdenes de gobierno instalan módulos de atención en plazas públicas, escuelas y edificios, bajo el cuidado de médicos institucionales e incluso particulares, brindando consultas gratuitas para la detección del diabetes, de la diabetes, o, como lo escuché desde niño, “de la diabetis”.

El nombre diabetes es griego y significa “pasada a través de”, pero no se está de acuerdo en quién la bautizó de esta manera. Unos piensan que fue Apolonio de Menfis mientras que otros señalan a Areteo de Capadocia, médico turco (81-138 d. C). Sí está claro que este último señaló la fatal evolución y desenlace de la enfermedad. Pasaron muchos procesos y muchos siglos hasta que en 1921 se inventó la insulina, cuyos investigadores Best y Bantin ganaron el Nobel de Medicina en 1923.

Para nuestras fechas tanto los métodos de conseguir la insulina como el tratamiento de la diabetes han avanzado y han llegado a unos niveles que seguramente nadie se imaginaba. La vida de la persona con diabetes hoy en día puede ser y de hecho es, perfectamente normal, con una calidad de vida igual a la de las personas sin diabetes, pero esto forma parte de una historia mucho más reciente.

Dos nayaritas notables

Me referiré con todo respeto a sus familiares y amigos, a dos nayaritas que padecieron la diabetes y murieron con ella. Me quito el sombrero y me pongo de pie al recordar la memoria de mis grandes amigos Alejandro Rivas Curiel, ex presidente de Tepic, y de José Ángel Cerón Alba, líder de la Cámara de Diputados de 1990 a 1993.

Dicen que “la política no es para diabéticos”; lo dicen con mucha razón, pues el paciente diabético debe de tener estabilidad emocional todo el tiempo, dormido o despierto, evitando alteraciones de conducta. Cerón y Rivas eran perfeccionistas, dominantes, “mandones”, y eso, eso es veneno para los enfermos de diabetes.

Ambos probaron todo tipo de remedios. Ninguno vivió más allá de los 60 años de edad.

Tampoco duró esa edad, el dilecto amigo Edgar Arellano, originario de Mazatlán Sinaloa, director de un periódico local, fallecido hace varios años ya, afectado por la diabetes.

Control de carácter, el mejor remedio

Toda la gente mayor dice conocer el mejor remedio para la diabetes. Ya sea una yerba, un té, una medicina, o un implante de células, un asfixiante ejercicio físico o una esclavizante dieta, entre otras extrañezas.

Pero las únicas coincidencias universales en el paciente diabético, son la insulina y el control de la conducta individual.

Yo he creído más en quien me recomienda ser “conchudo” y “valemadrista”, que quien, de buena o maliciosa voluntad, me receta caldos o remedios medicinales de escaso crédito.

De cualquier manera, el diabético debe tomar decisiones distintas en su vida diaria, a partir de su detección de azúcar alta.

Bajarse del auto, evitar emociones fuertes, caminar todo el tiempo, cuidar su higiene, comer de todo, pero raciones muy promediadas, y ser tolerante, son magníficos remedios para un diabético.

Es así que el paciente diabético debe en primer lugar controlar su estado de ánimo sin alteraciones bruscas, impresiones, miedos o sustos. Enseguida se recomienda la fase de ejercicio que significa caminar con mucha distracción, ir por calles que no has pasado en años, traer un zapato cómodo y ropa sin elástico. Lo mejor es no medir tu tiempo de caminata, ni hacerlo rutinario. La tercera conseja es llevar una dieta saludable, baja en azúcar y sal, abundante en verduras. El cuarto método es tomar los medicamentos indicados por un facultativo, y checarse el nivel de azúcar las veces que se considere necesario, y de ser posible, con pruebas de laboratorio.

Conozco pacientes diabéticos que han tenido resultados satisfactorios si cuidan las anteriores recomendaciones. No todo se pierde cuando te diagnostican el diabetes. Se puede vivir totalmente normal, conociéndose a sí mismo, aceptándose y adaptándote al mundo real.

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