La irremediable senectud

La verdad… sea dicha

Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena.

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Ingmar Bergman

Me dirigía presuroso por uno de los andenes del metro en la Ciudad de México, cuando divisé bajando por unas escalinatas a un sereno anciano que creí reconocer a primera vista, me le acerqué sin hablarle, y cuando lo tuve de frente constaté que se trataba nada menos que del comediante “Viruta”, aquel talentoso cómico que hizo pareja con Gaspar Henaine “Capulina” en infinidad de películas mexicanas, hoy clásicas. Iba solo, pensativo, con esa estampa de seriedad remilgosa que le caracterizaba; con su inseparable traje oscuro, su sombrerito de tipo inglés, y sus zapatos negros, boleados pero modestos. Bastante delgado, como siempre había sido. Descubrí a un hombre muy mayor, quizá enfermo, no lo sé, pero su figura débil que se acentuaba con su lento caminar, me dio la impresión de una persona que requería de la ayuda no sólo económica sino también moral; percepción que algunos años después constaté cuando me enteré que Marco Antonio Campos “Viruta” los últimos días de su vida y su vejez los vivió en la pobreza total. Pero ese día en el colectivo metro, aunque moría por hacerlo, no me atreví a hablarle, era una gran personalidad a la que yo admiraba, por lo que temí no me contestara el saludo. Me adelanté, y él se perdió en la muchedumbre, aunque hoy francamente me arrepiento de no haberlo abordado, hubiera sido algo fenomenal; aunque ya sabemos que el hubiera no existe. Fíjese usted, amable lector, como es la vida; según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) en este país el 80 por ciento de los Adultos Mayores viven en situación de pobreza, pues sólo dos de cada diez están en condiciones de solventar sus gastos.

En el Consejo Nacional aseguran que para el 2050 los problemas para atender a la gente mayor se agravarán, pues el 30 por ciento de la población estará integrada por personas mayores de 60 años. Desde luego que aquí caben algunas preguntas de suma importancia: al día de hoy qué se está haciendo para mejorarle la vida a los adultos mayores, o de qué manera el Congreso Federal apoyará con leyes benévolas para los ancianos, pues es claro que el gobierno no se debe quedar de brazos cruzados ante la obligación inherente de solución a las necesidades que crecerán para este sector de la sociedad mexicana. Los números son fríos y reveladores; en México viven 10.5 millones de adultos mayores de los cuales 10 de cada 100 tienen 60 años o más. Desde luego que en el desafío para brindar una mejor calidad de vida a los ancianos está la responsabilidad activa de los familiares, de todas las instituciones gubernamentales para ofrecer los servicios médicos, de las organizaciones sociales para los apoyos económicos, pues no se pueden cerrar los ojos a esta realidad. Y tampoco creo que pensar en los asilos de ancianos sea una buena opción para nadie, pues aunque estos lugares estén bien atendidos no dejan de ser un espacio triste y deprimente para quienes están acostumbrados al calor de sus familias.

CALORCITO Y MAR

Con estos calorcitos que anteceden al temporal de lluvias, mucho se antoja darse una vueltecita por la playa, y si es en las de Bahía que mejor, allá por los Ayala, Guayabitos, o ya pidiendo mucho, de viaje por Nuevo Vallarta. Menos a la zona del municipio de San Blas, donde esta pasada Semana Santa nos hicieron pasar un berrinche al no dejarnos acomodar los autos en la cercanía de la playa, lo que ocasionó que mucha gente tuviera que dejar su carro muy lejos y cargar sus chivas hasta el lugar en donde deseaban instalarse, todo porque a la alcaldesa del puerto sanblaseño le dio por ponerse de diva y hacer valer su condición de autoridad municipal. Ante esta súper medida, mucha gente optó por cambiar de aires decidiendo irse a otros destinos turísticos, abandonando las playas del viejo San Blas. Qué le vamos hacer, donde manda captan no gobierna marinero.

UN HECHO LA REFORMA DE DECRETO AL PREMIO ESTATAL DE PERIODISMO EN NAYARIT

Se acuerda amigo lector que el martes pasado le comenté sobre una noble iniciativa que en tribuna presentó el doctor Leopoldo Domínguez González, en favor de los comunicadores nayaritas, pues que cree, este pasado miércoles, en Sesión de Comisiones Unidas, Hacienda, Cuenta Pública y Presupuesto, y Educación y Cultura, finalmente se aprobó el dictamen con proyecto de Decreto que adiciona un segundo párrafo al artículo 8 del decreto que establece el Premio Estatal de Periodismo, y el Premio Estatal de Periodismo Deportivo. La intención de agregar un párrafo más es para que en las categorías que queden desiertas, el recurso que no será entregado como premio pase a un fondo que servirá para apoyar a los periodistas cuando tengan un problema de salud. Sin duda es una gran noticia para el gremio periodístico, donde tan mal la pasan algunos compañeros que no cuentan con seguridad social.

A PROPÓSITO DEL PASADO DÍA DEL NIÑO

El Día del Niño, es una fecha muy especial  en la que se festeja la vida de los infantes, su protección, y el esfuerzo para que tengan una existencia mejor.  Es una fecha para recordarle al mundo que los niños deben tener todo lo necesario para ser felices y respetados en sus derechos humanos. Le cuento que desde el año de 1923 se instauró la primera declaración de protección a la infancia en Ginebra, Suiza, siendo modificada a petición de la ONU en 1948, cuando fue creada la UNICEF para llevar a cabo los propósitos expresados, el que los derechos de los niños sean respetados en todo el mundo. Como se recordará fue en la primera guerra mundial donde los niños y niñas sufrirán los embates de las peleas entre naciones, de ahí la primera declaratoria para protegerlos; luego al fin de la segunda guerra mundial, cuando nació la Organización de las Naciones Unidas, como le digo, también se creó la UNICEF para cuidar que los niños no sufrieran de abuso, abandono, explotación y violencia doméstica, para que no sufrieran maltrato de ningún modo.

Así, a nivel mundial, fue declarado el 20 de noviembre como el Día Universal de los Niños. Y usted me preguntará por qué en México se les celebra en otro día; pues resulta que tras la firma del documento a favor de la niñez allá por 1924, el entonces presidente de México Álvaro Obregón lo firmó un 30 de abril; tomando en cuenta la fecha y recordando que el 20 de noviembre celebramos nuestras Revolución Mexicana, finalmente el 30 de abril se quedó para el festejo de nuestros niños. En cuanto a las leyes de protección a la infancia fue hasta el año 2000 cuando en México se promulgó la primera ley de derechos a niñas y niños, misma que fue sustituida en 2014 por otra ley de protección a niñas, niños y adolescentes. Hasta pronto. Para comentarios mi correo robleslaopinion@hotmail.com

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