Simples deducciones
Por Juan Chávez
La violencia y homicidios contra las mujeres en el país es preocupante, lamentable y de darnos vergüenza a la sociedad y a las autoridades, al igual que la violencia y homicidios contra los hombres. Es plausible que, a través de diversas organizaciones sociales, las mujeres estén convocando al Paro nacional de Mujeres para el 09 de marzo, el objetivo es visibilizar a este sector de la población y cómo es que las autoridades lo están dejando en el olvido.
La desesperación de las y los mexicanos es demasiada, por la violencia y muchos otros abusos e injusticias que hay en el país, a veces pareciera que las autoridades no hacen nada, entonces ¿qué hace falta hacer? ¿Una revolución? Posiblemente; pero dañar monumentos históricos, espacios públicos, negocios y principalmente a personas que no son responsables de los abusos, homicidios o violencia no es la solución. Los violadores y asesinos están ahí, libres.
El próximo lunes 09 de marzo se llevará a cabo el Paro nacional Un día sin nosotras, un movimiento que consiste en que las mujeres del país no asistan a laborar, a clases, que no consuman bienes o servicios, no salgan a la calle y no realicen ningún tipo de trabajo doméstico. Hacer que todos y todas hablen del tema era y es el objetivo, puede servir, pero se puede catalogar como victoria pírrica ya que la gran cantidad de violaciones y homicidios que hay en el país siguen estando en el archivo muerto, sin un culpable y sin un castigo.
Las opiniones son divididas, hay quienes señalan que las revoluciones no se ganan con paciencia y tranquilidad y otros con índice de fuego condenan que en los últimos meses han sido las mujeres quienes han tenido un actuar violento, como si el sexo de un ser humano definiera sus acciones.
Lo cierto es que el tema nos atañe a todos y todas y nos debe interesar, preocupar y solidarizar en la búsqueda del castigo a las personas culpables, en que ya no existan más violaciones ni muertes, en que niñas y niños no sean tocados, pero por encima de todo en tener el respeto justo a cada acción; en ir más allá de una propuesta y abrazar un trabajo en territorio, amplio, concreto y eficaz que cambie la tonta idea de que los hombres podemos hacer con las mujeres lo que queramos.
Un buen inicio sería en el hogar, enseñando desde el primer suspiro sororidad y resiliencia y con ello, tendremos un mundo de respeto hacia la humanidad. “Pareciera que su objetivo es atacar o denigrar a los hombres cuando el objetivo debería ser abrir los ojos de todas las personas, pugnar por una mejor educación en los hogares, en las escuelas, romper todos los paradigmas relacionados con el deber ser y hacer de los hombres y mujeres”, me dijo una amiga cuando hablamos de algunos movimientos recientes de colectivos feministas en el país.
El tema es urgente, es de reconocer los movimientos y las luchas principalmente de las mujeres para visibilizar la violencia y lo mal que estamos como sociedad en ese sentido, pero concuerdo en que las acciones se deben enfocar en la educación, en reaprender dinámicas de interacción entre todos y todas, en jamás normalizar ningún tipo de violencia entre nadie, y sobre todo reconocer que no es una lucha de hombres contra mujeres.
Hay que reconocer que hay diferencias biológicas pero lo que importa es que aún con esas diferencias biológicas se nos den las mismas oportunidades tanto a hombres como a las mujeres, nadie debemos ser discriminados ni por nuestro sexo ni por nada, y para lograr eso se debe iniciar en los hogares, hay que analizar qué le enseñamos a nuestros hijos e hijas y asumir su educación con responsabilidad. Mándame tus comentarios, dudas y sugerencias a mi correo juanfechavez@gmail.com