Con visión ciudadana
El satélite denominado “Centenario” se desintegró en la atmósfera el pasado sábado 16 de mayo, dejando la inversión de casi 400 millones de dólares reducida a cenizas y si bien el satélite se encontraba asegurado por lo que la inversión no se perderá del todo, los planes que venían aparejados al satélite si sufrirán un retraso importante generando pérdidas para el gobierno federal, el satélite estaba diseñado para ofrecer servicios de telecomunicaciones para nuestro país y así abaratar los costos que hoy tenemos, todo como parte del objetivo del gobierno para dar cumplimiento total a la Reforma en Telecomunicaciones y acercar la tecnología de comunicación móvil a las personas de escasos recursos, sin embargo por causas aún no determinadas el cohete falló en su tercera fase y provocó que toda la estructura descendiera a la atmósfera y se convirtiera en cenizas.
El satélite que también debía cumplir funciones de seguridad, pues sería usado parcialmente para comunicaciones militares no será sustituido sino hasta dentro de varios meses cuando se lance otro satélite hermano y aun así las autoridades no están del todo seguras de que un solo satélite dé abasto a la demanda que dejó vacante la caída del satélite solidaridad hace algunos meses, pero en fin le llueve sobre mojado al Gobierno Federal.
Algunos se atreven a llamarle karma por aprobar una reforma fiscal que dejó en una posición complicada a los ciudadanos que vieron reducidas las deducciones autorizadas y aumentadas las tazas impositivas, pero bueno es fácil dar explicaciones a este tipo de sucesos, la única realidad es que el Gobierno Federal no pasa por su mejor momento y el panorama no parece volverse más positivo en el futuro próximo, las elecciones de junio próximo sin duda serán afectadas por todos estos hechos y perder la mayoría en el congreso podría ser un golpe letal para la administración del presidente Enrique Peña Nieto, veremos como se desarrolla la situación.