LA PATRIA ES PRIMERO

Por Daniel Aceves Rodríguez

Esta frase inscrita con letras de oro, nos es familiar observarla en los recintos de la Cámara de Diputados y Senadores, de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Palacio Nacional, pero pocos sabemos que esto fue a partir de un Decreto Presidencial que data de septiembre de 1971 justo en el aniversario 150 de la entrada triunfal del Ejército Trigarante en la Ciudad de México haciendo así honor al gran caudillo del sur Vicente Guerrero quién junto con Agustín de Iturbide fue figura crucial para culminar once años de lucha por la Independencia de México.

Publicidad

Recordemos que a la muerte de Morelos la insurgencia quedó prácticamente sofocada, el general realista Félix María Calleja se ufanaba de haber extinguido la causa insurgente sobre todo en Guanajuato cuna de la Independencia, por lo que el Virrey de ese momento Juan Ruíz de Apodaca decide ofrecer el indulto a todos aquellos que dejaran la luchar, por lo que muchos jefes insurgentes hacen caso del mismo, sin embargo esta estrategia tenía un destinatario especial el General en Jefe de los ejércitos del sur, Vicente Guerrero del cual se decía que: Era un bárbaro, que sabía moverse en esa zona montañosa y hostil como era la sierra de lo que hoy es el Estado que lleva su nombre y que había repelido con destreza los ataques y búsquedas del ejército realista y aparte de ello reacio a la propuesta del Virrey.

Por esta razón y creyendo tener la solución al mismo decide enviar al padre del caudillo partidario este del realismo español para que intente convencerlo de deponer las armas, pero ni el amor paternal pudo lograrlo; se dice que Don Pedro Guerrero de rodillas y con lágrimas en los ojos escuchó de su hijo las siguientes palabras “Señores, este es mi padre, ha venido a ofrecerme el perdón de los españoles y un trabajo como general español. Yo siempre lo he respetado y lo seguiré haciendo pero La Patria Es Primero”.

El Virrey no podía creer semejante afrenta y busca por todos los medios concertar la rendición del caudillo, para lo cual presiona al Coronel Gabriel de Armijo jefe de las fuerzas realistas del sur a combatirlo con más fuerza, lo cual seguía siendo infructuoso, por lo que al tiempo cansado de tantas derrotas renuncia quedando este puesto vacante y siendo ocupado el 9 de noviembre de 1820 por Agustín de Iturbide quien a la postre vendrá a ser el Libertador de México.

Iturbide destacado General realista no desconocía lo que sucedía en el viejo continente; como parte integrante de la llamada Conspiración de la Profesa sabía que la situación de la Corona de España era ya muy diferente a la de hacía once años cuando el cura Miguel Hidalgo había levantado al pueblo en armas ante la intervención francesa y buscar el retorno al trono de Fernando VII, ahora en 1821 ya gobernaba ese Rey pero en condiciones muy diferentes, habiendo jurado una Constitución liberal, la de Cádiz, la cual iba en contra total de los principios, normas y costumbres de la Nueva España.

Así con argumentos contundentes y una excelente capacidad de diálogo y negociación pudo lograr que después de más de diez años de lucha entre el ejército realista y los insurgentes se unieran en la misma causa de la independencia pero sin derramamiento de sangre, así convencidos ambos de la obligación de velar por el bienestar de los conciudadanos, de conservar las garantías de igualdad de reconocimiento a sus derechos civiles, de libertad, justicia social y de un gobierno propio y no dominado por príncipe extranjero, es que se da esta alianza fraternal que fue gestada a base de misivas y no del tan narrado y comentado pero poco documentado Abrazo de Acatempan que más bien es una figura metafórica que ilustra una alianza por demás disímbola pero que en lo ideológico contiene un mismo objetivo común.

Pues bien estos dos personajes llegaron a ocupar el mayor cargo que se puede tener en este País, en Iturbide recayó el primer gobierno del México Independiente al ser nombrado Emperador y coordinar los primeros esbozos de la naciente nación, pero las insidias, divisiones y sobre todo la presión extranjera que se fraguaba sobre el territorio en intenciones ávidas sobre Texas en particular, sellaron el fin de este primer gobierno con la abdicación y el destierro humillante del consumador de la Independencia.

A su vez en Vicente Guerrero se cristalizó el segundo Gobierno ya Republicano al suceder al primer Presidente Guadalupe Victoria, de la misma manera su gobierno fue fugaz, las manos divisionistas entre los bandos escoceses y yorkinos así como los resentimientos racistas generaron su caída y posterior acusación e insidia.

Así ante los claroscuros de nuestra Historia, aquellos dos personajes que unieron sus ideas y liderazgos en aras de buscar la Independencia después de casi 11 años de luchas y quebrantos, quienes en un afán de impulsar la vida nueva de un País intentaron gobernar teniendo presente aquellos postulados de aquel Plan de Iguala que nos hizo libres, que nos hizo nacer como Nación soberana, tuvieron tristemente el mismo fin, ambos fueron llevados al paredón y su sangre fue el testimonio de lo injusta que es muchas veces la Historia ante los deseos y sueños de hombres y mujeres.

1824 en Padilla Tamaulipas era fusilado Agustín de Iturbide que ocultamente había regresado de su destierro en Liorna Italia para poner su espada al servicio del País sabiendo que este se veía amenazado por fuerzas exteriores, y en 1831 un 14 de febrero Vicente Guerrero corrió la misma suerte, después de ser traicioneramente aprehendido y posteriormente juzgado por un Consejo de Guerra, era condenado al paredón en Cuilápam Oaxaca.

 En este mes de la Independencia, recordaremos a Vicente Guerrero un prócer cuya lucha fue fundamental para la Independencia de México, y que hoy  recordamos con esa histórica frase que perdura a nuestros días “La Patria es Primero”.

Publicidad