La política como telenovela

Caldero Político

Empezando por la última historia conocida que tuvo México y que fue  protagonizada por el ahora presidente Enrique Peña Nieto y su actual esposa, la actriz Angélica Rivera, la vida es una telenovela y la política nacional lo es más.

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Recordamos que el romance y la posterior boda de ambos personajes famosos en el 2010 fueron la antesala de un gran final: son habitantes de la residencia presidencial de Los Pinos.

La Gaviota (como es conocida la primera dama por uno de sus personajes de telenovela) aportó durante la campaña de Peña Nieto su popularidad; nadie duda que en sitios predeterminados ella era más querida por los votantes que el mismo candidato.

Nos queda en la memoria que bastante gente conoció a Enrique Peña Nieto a partir de su noviazgo con la Gaviota, porque como gobernador del Estado de México no era tan popular, o al menos así parecía.

En este mundo de telenovela del que hablamos y al cual se han referido revistas como Forbes o periódicos prestigiosos como El País, la consorte del político EPN se convirtió entonces en un elemento clave de la campaña; la popular figura de la señora tuvo un gran  impacto en el país y seguramente se reflejó en votos.

De tal forma que la imagen de una actriz o cantante, o mujer famosa, del brazo de un político se ha transformado en una buena señal, en un complemento que suma apoyos.

Una pareja así se convierte  en un aval que fortalece el capital político.

Vida privada

Desde luego que la vida privada de los personajes no es un tema para  una cuestión electoral, pero no se puede evadir el tema en todo momento ya que cuenta, para bien, o para mal.

El arrastre que puede tener una artista en el apoyo a un candidato, cuenta y cuenta bien.

Ahí está el tórrido romance entre el gobernador Manuel Velasco y la cantante  Anahí Puente, que le ayudó a fortalecer su influencia con el público más joven.

En El País se describe estos que decimos: “La historia de Anahí Puente y Manuel Velasco es un culebrón ampliamente conocido y seguido por los mexicanos. Una exitosa actriz, que desde los tres años ha estado bajo los focos, comienza en 2012 una relación amorosa con un prometedor político que se convierte en el gobernador más joven de México y el primero del Partido Verde Ecologista de México (PVEM)”.

Ahora  la pareja mantiene el interés del país con  su relación, dado que comparten muchos momentos con  todo el público abundando comentarios en las redes sociales.

Poder y espectáculo se unen

Es una gran verdad que  el poder y el espectáculo se encuentren en matrimonio o noviazgo para fines económicos, sociales y políticos. El despegue de una carrera política en México puede depender de ello.

Reconocemos a México como un país ‘tele novelero’ donde esta modalidad es venerada, por encima del fútbol. Caemos con facilidad en el melodrama y lo transmitimos por generaciones.

Parejas en el trono

La actriz Sherlyn y Gerardo Islas, dirigente del Partido Nueva Alianza en el Estado de Puebla; la presentadora Galilea Montijo y Fernando Reina, antiguo concejal de Acapulco; la  cantante Paty Sirvent y el exlíder del Partido Acción Nacional César Nava, y  la actriz Ludwika Paleta y Emiliano Salinas, consultor financiero e hijo del ex presidente Carlos Salinas de Gortari. No hay que olvidar a Sasha Montenegro y a José López Portillo y la cercanía entre Irma Serrano y Gustavo Díaz Ordaz.

Estas parejas han sacado raja a sus relaciones uniendo su popularidad y sus seguidores.

“En política nada es casualidad, todo está medido, y hoy por hoy es público que la ecuación político más actriz tiene un resultado muy favorable para los candidatos”, señala un artículo de El País divulgado recientemente.

El caso es que se pone en riesgo no solamente el futuro familiar, sino también el público, cuando estas parejas funcionan para retardar o acelerar el desarrollo de municipios, estados o países.

VEREMOS Y DIREMOS.

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