La sociedad que invirtió en el primer cine de Tepic

En Tepic, el 31 de enero de 1911, se crea la “Empresa Cinematográfica Tepiqueña, Sociedad Anónima”.

Los que otorgaban la escritura para crear esa empresa eran las personas siguientes:

Publicidad

Los señores Don José Somellera, Licenciado Don Elías Galindo, Don Cruz G. Trejo, Don Félix E. Wilson, Don Francisco Anguiano, Don José Sánchez M. Don Justo Calderón, Don Gilberto M. Dalli, Don Francisco Monroy, Don Herminio Torres, Don Alberto Ramos, Don José Cármen Bustamante, Don Bonifacio Díaz, Don Alejandro Vázquez, Don Felipe Díaz, Don Ciríaco P. González, Don Juan Bernal, Farmacéutico Don Andrés M. Delgado, Don Albino Bejarano, Don Pedro Patrón, Don Juan Robles, Don Francisco Terán, Don Espiridión Gutiérrez, Doctor Don Reynaldo Saucedo, Don Vicente Rosales, Doña Celsa Pacheco viuda de Rodríguez, Don Sebastián Mercado jr., Don Ramón J. Menchaca, don Javier Orvañanos, Don J. Pablo Miramontes, Don Lidio Quintero, Don Celso Peña, Don Rafael Somellera, Don Felipe Llanos, Don Miguel Márquez, Don Encarnación Zaragoza, Don J. Cruz Chávez, Don Byron R. Jones, Doctor Don Guillermo de Brente, Don Rafael Sánchez, Doña Jacinta Pérez viuda de Fuentes y Doña Josefa Robles.

Y en la escritura de referencia se citan nombres y domicilios de quienes serían los accionistas de esta empresa que iniciaba con la diversión del cine entre los tepiqueños.

A partir de esta lista de socios, conoceremos a muchas familias de arraigo, cuya descendencia aún está presente en nuestros días, y siempre es edificante saber que tus abuelos o bisabuelos contribuían en acciones comunes para hacer llevadera la vida en aquel minúsculo Tepic del periodo revolucionario.

Don José Somellera, comerciante, de sesenta y dos años, con habitación en la casa número noventa y ocho de la calle de Puebla, Licenciado Don Elías Galindo, de cuarenta y seis años, con habitación en la casa número noventa y cuatro de la calle de Iturbide; Don Cruz G. Trejo, artesano, de cuarenta y siete años, habita en el número ochenta y cuatro de la calle de Juárez; F. E. Wilson, comerciante, habita en el número veintiocho de la calle de México; Don Francisco Anguiano, comerciante, de cuarenta y dos años, habita en el número ciento quince de la calle de Hidalgo; Don José Sánchez M., comerciante, de veintisiete años, habita en la casa número cincuenta y cuatro de la calle de México; Don Justo Calderón de cuarenta y cinco años, comerciante habita en el número ochenta de la calle de Zaragoza; Don Gilberto M. Dalli, de treinta y siete años, comerciante, habita en el número ochenta y ocho de la calle de Juárez.

Don Francisco Monroy, de cuarenta y dos años, comerciante, habita en el número treinta y siete de la calle de Durango; Don Herminio Torres, Profesor de Instrucción Primaria, de treinta y cuatro años, habita en el número cuarenta y ocho de la calle de Lerdo; Don Alberto Ramos, comerciante de cuarenta y un años, habita en el número setenta de la calle de Bravo; Don José Carmen Bustamante, comerciante, de cincuenta y seis años, habita en el número cuarenta y siete de la calle de Zacatecas; Don Bonifacio Díaz, Profesor de Instrucción Primaria, de cuarenta y cuatro años, habita el número ciento veinticinco de la calle de Morelos; Don Alejandro Vázquez, comerciante de treinta y nueve años, habita en el número ochenta y siete de la calle de Lerdo; Don Felipe Díaz, comerciante de treinta y nueve años, habita en el número quince de la calle de Querétaro; Don Ciríaco P. González de cincuenta y ocho años, comerciante, habita en el número cincuenta y cinco de la calle de Veracruz; Don Juan Bernal, de cincuenta y tres años, comerciante, habita en el número ciento treinta y ocho de la calle de Zaragoza.

Don Andrés M. Delgado de cuarenta y siete años, Farmacéutico, habita en el número ciento diecinueve de la calle de Hidalgo; Don Albino Bejarano, de cincuenta y cuatro años, albañil, habita en una casa sin número de la calle de Oaxaca; Don Pedro Patrón, propietario, de sesenta años, habita en el número sesenta y ocho de la calle de Zaragoza; Don Luis Robles, de cuarenta años, herrero, habita en el número cincuenta y tres de la calle de León; Don Francisco Terán, de cuarenta y seis años, comerciante, habita en el número ciento seis de la calle de Juárez; Don Espiridión Gutiérrez, de cuarenta y seis años, comerciante, habita en el número noventa y cuatro de la calle de Querétaro; Doctor Don Reynaldo Saucedo, de cincuenta y ocho años, habita en la casa número cuarenta de la calle de México.

Don Vicente Rosales, comerciante, de cincuenta y ocho años, habita en el número treinta y siete de la calle de México, siendo todos los antes comparecientes de estado casados; la Señora Doña Celsa Pacheco viuda de Rodríguez, de cuarenta y tres años, sin profesión, habita en el número ochenta y tres de la calle de Durango; y Don Sebastián Mercado, de veintiún años, agricultor, habita en el número cuarenta y tres de la calle de México; Don Ramón J. Menchaca, de veintiún años, comerciante, habita en el número cincuenta y cuatro de la calle de Veracruz; Don Javier Orvañanos, de veintinueve años, empleado particular, habita en el número ciento treinta y uno de la calle de Iturbide.

Don Lidio Quintero, empleado público, de cuarenta y nueve años , habita en el número treinta y cuatro de la calle de México; Don Celso Peña, comerciante, habita en la casa letra B de la calle de Juárez; Don Rafael Somellera, comerciante, de veintinueve años, habita en el número noventa y ocho de la calle de Puebla; Don Roberto E. Mora, comerciante, de veintiocho años , habita en el número setenta y cuatro de la calle de Durango; Don Felipe Llanos, empleado, de veintitrés años, habita en el número ciento treinta y tres de la calle de Morelos; Don Manuel Márquez, comerciante, habita en el número treinta y ocho de la calle de Querétaro; Don Encarnación Zaragoza, de cuarenta años, comerciante , habita en el número nueve de la calle de Puebla; Don F. Cruz Chávez, empleado particular de veinticinco años, habita en el número ciento diecinueve de la calle de Zaragoza; Byron J. Jones, comerciante, de cuarenta años , habita en el número cuarenta y cinco de la calle de México; doctor Guillermo de Brente, de veintinueve años, con habitación en la casa número ochenta y cinco de la calle de Allende, siendo todos los anteriores comparecientes de estado solteros; Don Rafael Sánchez, viudo, comerciante, de cuarenta y tres años, habita en el número ochenta y seis de la calle de Durango; Doña Jacinta Pérez viuda de Fuentes, de setenta años, sin profesión, habita en la casa número treinta y cinco de la calle de Zacatecas; Doña Josefa Robles, soltera, de cincuenta años, sin profesión, habita en la casa número treinta y cuatro de la calle de México.

(Con investigación de datos del profesor Julián Pineda Benítez)

Publicidad