La vacuna rusa funciona frente a ómicron 2,5 veces mejor que en el caso de los inoculados con Pfizer.

«Los primeros reportes de las clínicas, que ya van llegando y que han sido compartidos con la prensa en reiteradas ocasiones, indican que prácticamente no se observan pacientes vacunados con Sputnik V entre los hospitalizados con ómicron», declaró en una entrevista para la agencia RT Alexánder Guíntsburg, director del centro Gamaleya, cuyos científicos crearon la vacuna rusa contra el coronavirus Sputnik V.

El microbiólogo agregó que los datos exactos sobre la cantidad de hospitalizados entre los vacunados con Sputnik V en Rusia llegarán en los próximos 10 días, y expresó la esperanza de que su cantidad sea «mínima» y que «esa tendencia se mantenga».

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Guíntsburg reconoció que «la eficacia de todas las vacunas estudiadas se reduce frente a ómicron», pero también afirmó que los sueros de Sputnik V funcionan 2,5 veces mejor frente a la nueva variante de coronavirus que los sueros idénticos de los inoculados con la vacuna anticovid de Pfizer.

«Sobre esa base, llegamos a una serie de conclusiones conjuntas con los colegas italianos [del Instituto Spallanzani] respecto a por qué pasa eso», indicó el director del centro Gamaleya.

El científico ruso explicó que «aparentemente, con un alto grado de certeza, eso pasa porque Sputnik V ofrece un espectro más amplio de anticuerpos que paralizan el virus, en el caso de diferentes y cambiantes variantes del coronavirus, que seguirán apareciendo como lo han hecho hasta ahora».

«Nuestros epidemiólogos y virólogos advertían desde el principio que había que construir la vacuna de tal manera que ofreciera un espectro máximamente amplio de los anticuerpos que paralizan el virus; incluso, posiblemente en cierto detrimento de la cantidad de esos anticuerpos con respecto a la cepa original de Wuhan, contra la que se construían todas esas vacunas», señaló.

Por su parte, las vacunas de ARN mensajero se construían inicialmente para generar niveles muy altos de anticuerpos frente a la cepa de Wuhan y las variantes cercanas, pero carecían de la posibilidad de «formar un espectro amplio de anticuerpos que paralizan el virus, algo con lo que sí contaba la construcción de Sputnik V», aclaró Guíntsburg.

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