Simples Deducciones
No hace mucho en redes sociales y con nuestros ojos mirábamos con angustia, tristeza e impotencia cómo el cerro San Juan se quemaba, las lenguas de fuego se apreciaban desde distintos puntos de la ciudad, el humo cubrió nuestras calles y muchos quisimos ser parte de las brigadas que estaban día y noche trabajando para controlar esos siniestros.
Sin embargo, y a pesar de que hubo bastantes pronunciamientos para ascender a esta reserva natural, se pidió abstenerse, entonces los ciudadanos no nos rendimos y quisimos hacerle saber a los combatientes forestales que desde aquí los apoyábamos, y les llevamos agua embotella, alimentos no perecederos y hubo cadenas de oración para que se llenasen de energía y lograran mitigar los incendios.
José Refugio Sandoval, de la Brigada de Rodeo 1, en Tepic, tiene más de 33 años de combatir siniestros forestales, él sabe bien lo que cala el fuego, lo que el viento hace, él no desconoce lo que es jugarse la vida en cada paso y a cada respiro.
“Pertenecer a una brigada se puede decir que es de suma importancia, porque de ahí depende la vida de todos, hablando del bosque; el combatir los incendios es salvar la vida de cada uno de nosotros”, Refugio habla con orgullo de su trabajo, pero sus ojos reflejan la melancolía de un doloroso recuerdo, de esos que calan el alma y se quedan en la mente para siempre.
“En una ocasión, yo recuerdo que fue en el 93, 94, falleció un compañero, lo encerró la lumbre, el chofer, en su vehículo; todavía me acuerdo fíjese, todavía me dan ganas de, ya sabe, me acuerdo de lo que sucedió pues, a ese compañero lo encerró la lumbre y se fue al precipicio con todo y vehículo, y ahí perdió la vida”.
Y es que como él todos los combatientes forestales saben que en cada siniestro pueden salir lastimados, incluso no nada más por lo que todos vemos desde nuestro hogar o la calle, sino por los riesgos de la zona donde acuden a trabajar.
“En un incendio arriesgas la vida, hay animales ponzoñosos, serpientes, alacranes, cualquier tipo de animal que sea ponzoñoso, porque nosotros nos quedamos allá en el cerro, arriesgamos la vida, desde el fuego hasta ese tipo de animales; porque tenemos que quedarnos en el cerro cuando ya no tenemos un área cómo seguir el incendio, en la noche tenemos que pernoctar por ahí y hay veces que hasta el mismo fuego nos anda sacando del área donde estamos pernoctando, porque no hay otra área, y hay que buscar la manera de salir de ahí”.
Saben que hay ocasiones en que la solidaridad de los ciudadanos con ellos tiene un gran alcance, hay quienes acuden a llevarlos agua y comida, pero también hay quienes en actos de solidaridad quieren ayudar en territorio, sólo que esa acción en lugar de ayudar, a los combatientes los mete en apuros, “Yo no les recomiendo que vayan voluntarios si no tienen experiencia, porque arriesgamos más nosotros el combatir un incendio cuando van voluntarios, porque no tienen el conocimiento y tenemos que estar al pendiente de ellos. Ahora que anduvieron los incendios muy duros hubo muchas personas que nos apoyaron, hablando de agua, de víveres. ¡Mil gracias!”.
Cada uno de ellos tiene una historia de lucha, de trabajo, de arriesgar la vida todos los días, la semana pasada les fue reconocida su labor, tanto con un convivio como reconocimientos y los aplausos que se merecen cada uno de ellos, ahí se habló de buscar una mejora salarial, de mejores prestaciones, de compartir los implementos necesarios entre unos y otros cuando haya la posibilidad, guantes, botas, todo es bienvenido.
Las familias de estos valientes hombres respaldan su labor aunque tengan el corazón en la garganta, más cuando los medios de comunicación transmiten lo intenso de los incendios o bien, cuando la densa nube de humo invade barrios y colonias, cada esposa o hijo sabe, que ahí está su ser querido, en medio del abrasante calor pero con la convicción de hacer mucho por la naturaleza y por los ciudadanos.
En este 2017, 32 mil hectáreas en la entidad han sido afectadas a causa de los incendios; Nayarit estuvo por una semana como el estado con más afectaciones en el país a causa de dichos siniestros y donde más de mil combatientes no se rindieron nunca.
Hoy a través de esta columna, reconocemos su esfuerzo y pasión por servir, para ellos, a los héroes sin rostro nuestro aprecio y agradecimiento. Mándame tus comentarios, dudas y sugerencias a mi Facebook Juan Félix Chávez Flores o a mi correo juanfechavez@gmail.com