Simples Deducciones
Antonio me platica con voz pausada pero aún cargada de coraje y sentimiento que, “esa mujer, ¿cómo pude quererla? jamás va a merecer que la llamen mamá, ni un animal abandona a sus hijos, yo he visto ahí en el feis que una gatita se quemó las patas y el hocico por salvar a sus retoños en un incendio y esta mujer los dejó así cómo sí fuéramos nada”.
Dice que fue apabullante, desmotivador y doloroso que le hablarán para decirle que sus hijos seguían ahí, que quién iba a pasar por ellos porque ya querían cerrar, él pensó que a su mujer algo le había pasado y se angustió, fue por los niños y corrió a casa, ahí encontró el argumento para la huida, “me voy porque estoy cansada de correr cargando chiquillos en el camión o la combi, harta de que no tengamos ni carro y que la renta nos deje sin dinero ni para una cerveza, te regalo a los niños, no los quiero me destrozaron la vida al igual que tú”.
Antonio pensó suicidarse pero el llanto de Mina lo ató a este mundo, supo que ahora él era el destino, la vida y el universo para esos pequeñitos y dejó la casa, pidió a sus papás que sí le permitían vivir ahí con ellos, “más que nada por la seguridad de mis hijos”.
“Pero jamás pensé en cargarle a mis papás la responsabilidad, entonces comencé a levantarme más temprano, arreglar a los niños, darles de desayunar y compré en pagos un carro ya viejito pero nos saca del apuro digo, no llega a la playa pero aquí en la ciudad me aliviana dejar a los peques y correr yo al trabajo”.
Dice que en la escuela de Raudel varias damas, “tratan de acercarse a mí a través del niño cuando saben que soy papá soltero, pero ¿sabes?, no sólo las mujeres quedan ariscas, yo también tengo miedo de tomar una nueva relación, me da pendiente que vayan a abusar de los niños en algún sentido y que se repita la historia”.
Su mamá le dijo que ella no podía ir por los niños porque una enfermedad le impide ser segura de ella en la calle, pero se ofreció a darles de comer en casa y vigilarlos, Antonio accedió pero sin falta cada quincena aporta económicamente para que haya lo necesario para las comidas.
“No tengo dinero para paseos pero mira, le compré por ahí fiado a los niños una alberca y el domingo que yo descanso, se las pongo en el patio y ahí nos la pasamos, adoptamos una perrita que andaba aquí en la calle vagando y somos una gran familia”.
“Yo quisiera decirle a ella que nos dejó, que muchas gracias, que tras superarlo me doy cuenta que la vida es mil veces mejor sin ella, que aquí no se le recuerda ni para bien ni para mal y que me hizo probarme como hombre y como padre que si puedo salir adelante”, añade con tono de voz indiferente ya al dolor.
Le pregunto que sí sabe algo de ella, “no nada y así como dicen muchas mujeres, que ni se acerque por aquí porque no es bien recibida, no queremos gente con ese tipo de sentimientos, porque yo les inculco día a día a mis hijos la responsabilidad de la vida”.
“Desconozco cuántos hombres, padres solteros como yo haya aquí, en México o en el mundo, pero este día del padre yo no lo festejo porque todos los días Mina y Raudel con sus abrazos y besos me recuerdan que soy su papá y esa es mi mayor recompensa, verlos sonreír, caer, levantarse quisiera darles lo mejor de la vida pero por lo pronto vivo y respiro por ellos y para ellos y sólo quiero decirles gracias a ellos y a Dios porque me han permitido ser fuerte y seguir adelante”.
Toño como le dicen sus papás se ve entusiasta y animado para seguir luchando día a día por y para sus hijos, no vislumbra casarse o unirse a alguna mujer y cuando lo haga, dice, espera que sea una que quiera compartir todo con él, hasta la pobreza. Mándame tus comentarios, dudas y sugerencias a mi Facebook Juan Félix Chávez Flores o a mi correo juanfechavez@gmail.com