Lanzamiento de la bomba atómica

Caldero Político

La ciudad japonesa de Hiroshima conmemoró (nada que celebrar, desde luego)  el pasado 6 de agosto el 71 aniversario del lanzamiento de la bomba atómica que acabó con la vida de cientos de miles de personas.

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Ese episodio funesto ocurrió casi al final de la Segunda Guerra Mundial, dejando una estela de muerte y destrucción que no debe volver a ocurrir en este mundo.

Durante la ceremonia alusiva al hecho, el alcalde de la ciudad Kazumi Matsui,  pidió a los líderes mundiales que imiten la histórica visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, porque el acto tuvo lugar en el Parque de la Paz de la ciudad, ubicado cerca del hipocentro de la explosión nuclear, y comenzó con un minuto de silencio, para recordar a las víctimas y a sus familiares.

Bomba letal estadounidense

Esa fue, precisamente, la hora exacta en la que el B-29 Enola Gay de las Fuerzas Aéreas estadounidenses lanzó el 6 agosto de 1945 el “Little Boy”, el nombre con el que Estados Unidos bautizó al primer artefacto nuclear de la historia.

Tras el minuto de silencio, el alcalde de la ciudad, Kazumi Matsui, pidió a los líderes mundiales que sigan los pasos del presidente Obama y visiten tanto Hiroshima como Nagasaki, objetivo de una segunda bomba atómica, para “grabar la realidad de los bombardeos atómicos en sus corazones”.

Obama, con el pueblo agraviado

Nada es extraño en la realidad mundial, por raro que parezca, Obama se convirtió en el pasado mes de mayo en el primer inquilino de la Casa Blanca en funciones en visitar la ciudad, y Matsui citó parte del discurso que el presidente pronunció entonces.

En ese documento el Presidente de Estados Unidos  pidió que las naciones con potencial nuclear “persigan un mundo sin ellas”.

El Alcalde de Hiroshima, precisó: “Tenemos que surtir a nuestras políticas de la pasión para consolidar la unidad y crear un sistema de seguridad basado en la confianza y el diálogo”,  y se declaró convencido de que visitar las zonas afectadas sacará a relucir la “determinación” para ello.

Conciencia mundial

La ceremonia tiene como objetivo inundar la conciencia mundial con el mensaje de paz que todas las naciones proclaman y dejar lo de Hiroshima y Nagasaki como feos ejemplos de lo que no debe ocurrir en bien de la humanidad.

Por ahí andaba el primer ministro nipón, Shinzo Abe, y representantes de 91 países como Reino Unido, Francia y Rusia, así como jóvenes de la ciudad y supervivientes de la bomba, colectivo conocido en Japón como “hibakusha”.

Matsui pidió al ministro Abe que mantenga la determinación que mostró junto a Obama durante su histórica visita para lograr un mundo libre de armas nucleares, algo que “manifestaría el noble pacifismo de la Constitución japonesa”, que el Gabinete nipón buscaría modificar.

También se leyó un mensaje del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en el que recalcó que “hoy el mundo necesita el espíritu de los ‘hibakusha’ más que nunca”, en un momento en el que “las tensiones globales están aumentando” y en el que el avance hacia la desnuclearización es “difícil de encontrar”.

Nada como paz, la concordia y el respeto entre los pueblos, recordando nosotros las célebres palabras de Benito Juárez quien defendió siempre la autodeterminación y la soberanía de las naciones, mediante le respeto estricto a las libertades y los derechos de cada quien.

VEREMOS Y DIREMOS.

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