Las inundaciones de Dubai despiertan dudas sobre la siembra de nubes: ¿qué es y qué tanto funciona?

Un torrente de lluvia inundó este martes partes de Dubai, convirtió las calles en ríos y obligó el cierre durante un tiempo del segundo aeropuerto más transitado del mundo. El diluvio suscitó una pregunta: ¿fue este desastre causado por el programa de siembra de nubes de los Emiratos Árabes Unidos?

Funcionarios del Centro Nacional de Meteorología del país afirmaron que la lluvia no fue causada por la siembra de nubes. CNN se puso en contacto con el centro para solicitar sus comentarios.

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Pero incluso si el programa hizo volar sus aviones por el cielo antes de la tormenta, es muy poco probable que los esfuerzos hubieran producido más lluvia de la que iba a caer naturalmente.

Estos comprensibles intentos de exprimir más humedad de las nubes existen desde hace décadas, pero con escasas pruebas de éxito.

Sin embargo, eso no ha impedido que algunos países, como los Emiratos Árabes Unidos, China y Estados Unidos, intenten modificar el clima.

¿Qué es la siembra o bombardeo de nubes?

La siembra o bombardeo de nubes es un concepto de modificación meteorológica que intenta extraer de una nube más lluvia o nieve de la que se produciría de forma natural.

Las gotas de las nubes no se forman espontáneamente. La humedad necesita algo en lo que condensarse, como el agua que se forma en el borde de un vaso frío en un día caluroso. En una nube, los llamados núcleos de condensación son partículas diminutas en el aire a las que puede agarrarse la humedad.

La siembra de nubes añade más de esas partículas al aire. Los aviones vuelan a través de las nubes existentes e inyectan las diminutas partículas, como yoduro de plata, con el objetivo de crear más gotas de agua o hielo.

En cualquier nube, una vez que se fusionan suficientes gotas, se vuelven pesadas y caen a la Tierra en forma de lluvia o nieve.

Las diminutas partículas naturales, como el polvo y la suciedad, suelen servir de fuerza motriz para que las nubes se condensen y desprendan su humedad. En teoría, el yoduro de plata puede servir para lo mismo.

¿Funciona la siembra de nubes?

Es muy difícil determinar qué efecto tiene la siembra de nubes en las precipitaciones, si es que tiene alguno. La experimentación y los intentos de cuantificar su eficacia han estado plagados de dificultades.

«¿Cómo saber cuánta precipitación de esa nube se debe a la siembra? ¿O cuánta habría caído sin la siembra?», dijo Daniel Swain, científico del clima de la UCLA, a CNN. «Este no es un escenario en el que se pueda hacer un experimento verdaderamente controlado».

Los investigadores lo han intentado. Un estudio de 2020 publicado en Proceedings of the National Academies of Sciences, indicaba que un experimento de siembra de nubes podría haber producido hasta un 10% más de precipitaciones de las que habrían caído de forma natural. Sin embargo, el escepticismo persiste en la comunidad científica.

«Es necesario realizar estudios controlados que demuestren que fue la siembra la que aumentó las precipitaciones de forma significativa», afirma Swain.

¿Qué daños podría causar la siembra de nubes?

A medida que el clima sigue calentándose debido al cambio climático provocado por el hombre, algunas partes del mundo se están volviendo más cálidas y secas. La siembra de nubes podría percibirse como una solución para llevar más agua a las zonas que la necesitan, pero también podría hacer que otras zonas fueran más secas en el proceso.

El agua, como cualquier otra materia, no puede crearse ni destruirse. Solo puede transformarse mientras se mueve por el circuito cerrado del ciclo del agua.

«Es posible que al sembrar nubes se esté robbeando agua a otros, porque puede ser, al menos a escala regional, un juego de suma cero en el que si el agua cae de la nube en un lugar, éste se vuelve aún más seco cuando llega a la siguiente cuenca», explica Swain.

Un sistema de tormentas extremas provocó lluvias torrenciales

Las lluvias torrenciales que provocaron inundaciones sin precedentes en los Emiratos Árabes Unidos, Omán e Irán no aparecieron de la nada. Tampoco afectó solo a las zonas que participan en la siembra de nubes.

Las lluvias torrenciales fueron provocadas por una gran tormenta de movimiento lento que atravesó la Península Arábiga y se adentró en el Golfo de Omán a lo largo de varios días. Esta tormenta fue capaz de tomar la abundante y profunda humedad tropical ubicada cerca del ecuador y descargarla como una manguera sobre la región.

Independientemente de si hubo o no siembra de nubes, la tormenta formaba parte de una configuración extrema que aparecía en los modelos de previsión con días de anticipación.

Las lluvias torrenciales de este tipo serán más frecuentes a medida que la atmósfera siga calentándose, lo que le permitirá absorber más humedad como una toalla y expulsarla en forma de lluvias torrenciales.

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