¿Los matrimonos ya no son para siempre?

Simples Deducciones

La historia de Cindy que les describo este día tiene mucho que ver en lo fácil que hoy se toma la decisión de divorciarse, las estadísticas aumentan cada vez más, no sólo en el país, Nayarit también tiene lo suyo, según la estadística que emitió el Poder Judicial la semana pasada.

Publicidad

Cindy esperó durante 14 años, siempre se vio caminando por el pasillo central de la iglesia, con un vestido “grande y una cola que saliera de la iglesia, que todos me miraran”, hasta imaginó como sería su marido, porque así lo vivió a sus 6 años de edad, cuando levantó la parte trasera del atuendo de novia de una de sus primas, sin embargo, la vida no le sonrió como ella lo anhelaba, el divorcio no estaba contemplado en ese futuro que ansiaba.

A los 19 años conoció a Pedro, él de 24 años, le decía que era bonita, que pensaba en ella todos los días y hasta que había soñado con ella, él trabajaba en la “obra”, “era el chalán y me decía que pronto sería el maestro y que ganaría más, para mantener a unos 4 hijos, lloré porque me dijo que me quería sacar bien de mi casa, por fin yo sería la esposa”, me cuenta Cindy. Y le cumplió, aunque no fue un vestido grande ni de gran cola, pero firmaron el acta de matrimonio y un domingo 14 de febrero en una boda comunitaria se casaron, fueron a vivir con la mamá de él, quien no veía en Cindy la mujer idónea para su valioso hijo.

A los dos meses de casados, las cosas no pasaban como ambos habían imaginado, él decía que ella no cocinaba bien como su mamá y que la señora le advertía que Cindy coqueteaba con el del agua, con el tortillero y hasta con el que pasaba vendiendo periódico, entonces Pedro ya no le dio “el chivo”, ahora se lo daba a su señora madre y ella controlaba la parte económica.

Cindy le reclamó a Pedro que le haya quitado el dinero, “ni casa me has comprado, quiero irme de aquí”, como respuesta recibió una carcajada, “¿irnos?, si que estás loca, qué haríamos sin mi mamá, tu ni siquiera sabes cocinar”, fue lo último que Cindy aguantó, y antes de que se cumplieran los 3 meses de matrimonio quiso regresar a su casa, pero su mamá le dijo que no, “ya eres harina de otro costal, ¿te vas a divorciar?, entonces búscate donde vivir, serás un mal ejemplo para tu hermana”.

La joven de 19 años no esperaba esa respuesta pero aún así su decisión era firme, “me lo dijo quien nos puso en casa a 3 hombres distintos, me dio risa y busqué a una amiga, acordamos compartir gastos y hasta me ayudó a conseguir trabajo, ya sabes, en una de esas tiendas que abren día y noche”.

Pedro la buscó varios meses pero no para volver con ella, sino para decirle que, “qué bueno que yo me salí de la casa, que se había equivocado en casarnos y que había que divorciarnos, que un compa de él es licenciado y pues ni tardó mucho, rapidito, ni crea que me pesó estoy bien a gusto”. No sorprende que haya llegado a la separación, sino lo fácil que fue tomar la decisión, como sí se tratara de cambiar un par de zapatos que no le ajustaron bien al pie.

La historia coincide con la declaración de Pedro Antonio Enríquez, Presidente del Tribunal Superior de Justicia, quien señaló que, “se está incrementando el número de divorcios en Nayarit, de cada 10 matrimonios hay 6 divorcios, y esto va en aumento”.

Y para quienes pudieran pensar que quizá una ausencia de economía sólida o de preparación intelectual es el factor que lleva a un divorcio rápido, Perla es doctora, Mario es ingeniero, según sus estimaciones, hace 4 años se gastaron más de 70 mil pesos en una boda, “sencilla, con mucho entusiasmo, pero ni todos los buenos deseos nos ayudaron a solventar más de 4 años juntos, las cosas no se dieron, peleábamos todos los días y ambos decidimos que así no era vida y nos divorciamos, tan civilizados fuimos que no peleamos por lo material, vendimos la casa, 50 y 50 del dinero, cada quien se quedó con su carro y al no tener hijos, no hubo mayores problemas”, Perla dice que de su grupo de amigas, 6 en total, todas profesionistas, 4 ya pasaron por la separación formal antes de llegar a los 5 años de matrimonio.

“¿Sabes?, los matrimonios ya no son para toda la vida, antes sí, llámale como quieras, por el qué dirán, por miedo a no saber cómo solventar la economía, o porque no tenían a donde ir a vivir las mujeres pero hasta 30 años de matrimonio, así es en mi familia, pero los tiempos han cambiado y a lo mejor las decisiones son tan duraderas como un juguete hecho en China ¿no?”, expresa Perla.

¿Qué es lo que pasa en estos tiempos, es lo que dicen los abuelos?, “ya no hay temor de Dios” o dónde radica lo endeble de nuestras decisiones, es acaso el anuncio de que la familia, pilar de la sociedad, está en vías de modernizarse, ¿a qué extremo?, o lo más preocupante, el amor verdadero, ese que soportaba mucho, aquel que hacía que la pobreza fuera riqueza con tan sólo un abrazo, ese que llevaba a dos cuerpos, dos almas de la mano a luchar juntos hasta consolidar una vida, unos hijos, unos nietos.

Dónde está el tiempo de conocerse y saber sí es la pareja correcta, si ella o él es la persona con la que quieres compartir las buenas, las malas y las peores, parece que el amor está en igualdad de conveniencias y devaluación monetaria; ¿lograremos revertir la volatilidad de nuestra esencia y dar más allá de fáciles decisiones y formar una familia con futuro? o ¿seguiremos incrementando las estadísticas en los juzgados familiares? Mándame tus comentarios, dudas y sugerencias a mi Facebook Juan Félix Chávez Flores o a mi correo electrónico juanfechavez@gmail.com.

Publicidad