Nimiedades de la tierra cora

La verdad… sea dicha

Qué tal, amigo lector; hoy es jueves 31 de agosto, día de felicidad y pago para la gente trabajadora, es quincenita, lo que probablemente para muchos parroquianos significará que mañana será una excelente tarde para salir a pasear, y acudir al cine a disfrutar de una buena película, una buena cena, y una copa de buen vino de estos que se sirven por ahí en algunos de los agradables restaurantes que tenemos en Tepic. Con la quincena en fin de semana se mueve la economía de la capital, lo que es oro puro para los comerciantes que en verdad a veces pasan días preocupantes cuando los clientes no llegan a los establecimientos. Mañana viernes todavía es día laborable, pero afortunadamente antecede al sabadito lindo que tanto nos encanta. Mire, amable lector, no sé a usted pero a mí los fines de semana me apetecen para levantarme un poco más tarde, y desparpajadamente dirigirme a la cocina a preparar un delicioso cafecito, en lo que los demás integrantes de la familia se levantan para dar inicio a sus variadas actividades sabatinas. En la fresca y silenciosa mañana, qué agradable resulta acomodarnos sin preocupación en el sillón preferido para leer sin prisa el periódico del día; bueno, en el supuesto caso de que usted sea uno de esos lectores empedernidos que como yo no pueden dejar pasar unas horas sin leer algo.

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Sin duda, una práctica noble que pienso debiera estar arraigada en todas las personas, digo, en parte como un ejercicio tendiente a mejorar la cultura general de algunos despistados que no les gusta leer nada. En fin, dicen que cada cabeza es un mundo, y todos tenemos nuestros propios gustos, las cosas que nos hacen felices; por ejemplo, la vanidad en las mujeres, el deseo de estar siempre bellas es algo que las caracteriza, pero también hoy la mayoría de las damas están preparadas, han ido a la escuela, son universitarias, pero su gusto por verse bien es algo que los hombres siempre agradecemos. Por cierto, en cuanto a la vanidad, ayer leí una nota que me pareció algo graciosa, resulta que al igual que las mujeres que recurren al cirujano plástico para moldear sus cuerpos, ahora también los hombres tienen la oportunidad de ponerse guapos; si usted es de esos gorditos, llenitos, que por más que va al gimnasio no consigue marcar los cuadritos en el estómago, pues a través de una liposucción el cirujano puede imitar la forma de los músculos y ponerle un abdomen de lavadero, no, si para todo hay maña en esta tierra de Dios, aquello de que el hombre debe ser feo, fuerte y formal es cosa del pasado, algunos jóvenes y señores compiten seriamente con las damas en eso del culto a la belleza, y está bien, cada quien sus apetencias.

Esta tarde vi llover

Oiga, comentando de las lluvias; hace meses, era una preocupación generalizada porque no llovía, todo mundo se quejaba de este calor endiablado; “si tan sólo nos lloviera un poquito” decía la gente en la calle.  Mire, que el Dios Tláloc nos escuchó. No ha parado de llover. Y como dice don Armando Manzanero, sólo  “vi  gente correr”. ¿Pues no que bienvenida la lluvia? Lo cierto es que en Tepic nos cambió el paisaje, ahora no son sólo los días soleados, también hay mañanas lluviosas donde las calles se muestran como espejos azules y grisáceos, un juego de imágenes caprichosas provocadas por el agua que también cubre a las banquetas. Pero no crea usted que Tláloc es tan benévolo, habrá que  estar muy atentos con el temporal de lluvias, pues se espera que para septiembre entren en acción varias tormentas de gran intensidad, razón por la cual los cuerpos de protección civil ya han sido preparados para que tomen todas las medidas necesaria a fin de mantener segura a la ciudadanía.

Gajes del oficio

Hace unos días platicaba con algunos compañeros periodistas sobre la experiencia que viví la primera vez que tuve la oportunidad de entrevistar a un personaje importante de la vida nacional; fue hace 27 años, si mal no recuerdo, nada menos que a la cantante Yuri, quien por ese entonces estaba en el esplendor de su carrera artística. Recuerdo que con el entusiasmo propio de un joven dispuesto a comerse el mundo y a vencer obstáculos llegué una mañana hasta la recepción de un hotel muy conocido en la ciudad de Tepic para preguntar si ahí se hospedaba la famosa cantante. El administrador de carácter poco amigable me informó que Yuri si estaba registrada pero que realmente no sabía a qué hora llegaría para instalarse en la suite presidencial que había reservado; no me dijo más, inmediatamente busqué la suite y me acomodé en una banca que estaba justo en frente de su habitación, pensando en que de ahí nadie me movería. Las horas pasaban y pasaban sin que la estrella apareciera; como a las cuatro de la tarde un señor muy amable se me acercó para preguntarme a quien esperaba o qué hacía en ese lugar, le expliqué de mi posible entrevista y de lo importante que resultaba para mí sacar adelante ese trabajo, el amigo me vio tan interesado que me prometió la cantante me daría la entrevista exclusiva sin ningún problema en cuanto llegara, pues él era muy amigo de ella.

Entonces quise saber quién era este señor convertido en mi mediador; resulta que el licenciado Fernando era nada menos que el Procurador de Justicia del Estado de Colima, y había llegado a Tepic para una convención nacional de procuradores, con tan buena suerte que estos importantes personajes escogieron el mismo hotel que Yuri para hospedarse. Para mi fortuna, el procurador Fernando resultó ser amigo de la intérprete de la canción “tiempos mejores”.  Luego de platicar un poco de cosas triviales el procurador se despidió no sin antes darme su palabra de que mí ansiada entrevista sería una realidad. Yo seguí esperando, las horas fueron transcurriendo. Como a las once de la noche el gran patio del hotel ya estaba lleno de periodistas y cámaras, mucha gente del medio muy conocida. Al ver esa muchedumbre imaginé que simple y sencillamente no conseguiría la entrevista en exclusiva, pues supuse, la artista daría prioridad a los reporteros de los diarios reconocidos.

No obstante mi apreciación negativa, seguí esperando, al fin ya llevaba muchas horas dedicadas a mi empresa. En punto de las doce de la noche la estrella llegó en un lujoso auto hasta la puerta de su suite, bajó apresuradamente y entró a su habitación; quince minutos después salió toda elegante, bella, con un vertido largo plateado, un tanto brilloso y ajustado a su esbelta figura; muy bien maquillada, de tal modo que sus expresivos ojos verdes resplandecían bajo sus pestañas negras y largas; un monumento de mujer impresionante, que impactaba con el remate de una cabellera rubia y alborotada con la que siempre llenaba las pantallas de la televisión nacional cada vez que hacía presentaciones en los programas de variedad. Yuri al salir echó una mirada general, saludó a los reporteros, guardó un poco de silencio, y luego, preguntó con voz enérgica si estaba ahí Martín Elías Robles. Yo soy, contesté titubeante y asustado; vente mi amor, me dijo, y en esa confianza realicé mi primera entrevista con un personaje famoso. Ahí aprendí que nunca hay que perder la fe, ni la confianza en las personas, pero sobre todo, que al que madruga Dios le ayuda. Para comentarios robleslaopinion@hotmail.com

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