Políticos quemados se disfrazan de “independientes”

Caldero Político

No hace mucho que el presidente del Partido de la Revolución Democrática en la Ciudad de México, Raúl Flores, hizo un llamado enérgico a las autoridades electorales involucradas en el proceso para conformar la multicitada asamblea constituyente para no permitir el “repechaje” que hicieron  personajes para entrar al constituyente engañando a la ciudadanía presentándose como ‘independientes’ cuando no cumplían los requisitos para ello.

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Otro más, Armando Hernández Cruz, magistrado presidente del Tribunal Electoral del Distrito Federal (TEDF), “tronó” contra un exiliado de partidos por quererse poner la “cachucha” de independiente cuando estaba impedido para serlo; son tan cínicos éstas y éstos que en Nayarit algunos hasta ostentan cargos partidistas y se pavonean en las calles compitiendo como independientes sin serlo. Es más, ni siquiera han renunciado a sus partidos pero se anuncian como “independientes”.

Partidos son un freno a la democracia

En lugar de que los partidos favorezcan la figura del candidato independiente, son los mismos partidos los que deliberadamente arrojan sus desechos a la mar y de la noche a la mañana, mañosamente, les endilgan el apodo de ‘independientes’ y los lanzan a la lucha, quitando ese derecho a los genuinamente ciudadanos y verdaderamente independientes. 

La ciudadanía no debe tolerar dicha conducta porque dicha figura real de ‘independientes’ se debe respetar para no alterar esa posibilidad ciudadana, En pocas palabras, no debe permitirse que las personas marginadas –supuestamente-, de sus partidos, de la noche a la mañana se conviertan en independientes.

Aquí, ciertos personajes no tenían ni una semana de pertenecer a determinados partidos y surgen como independientes. En otros estados debe pasar cuando menos un año y exhibir la renuncia al partido para poder competir, pero en la entidad las y los consejeros les permiten todo tipo de excesos y hasta les facilitan el camino a los egresados o que siguen militando en sus partidos, urdiendo una farsa descomunal para colocar piso disparejo para los auténticos aspirantes ciudadanos e independientes. ¿Cuál democracia?

Oportunidad dispareja

Aparte de las miles de firmas que se piden para ser independiente, abrir cuentas en los bancos, crear asociaciones civiles y un sinfín de retos y obstáculos, a los independientes se les pone por enfrente exiliados o retazos de los partidos políticos, con todas las ventajas de ganar. En fin, los verdaderos independientes han pasado un verdadero viacrucis.

La sociedad debe estar muy atenta de los intentos de miembros de partidos políticos, que buscan aprovechar su condición para apoyar a supuestos personajes para crear su ‘sindicato de independientes’ y desde fuera falsear la participación ciudadana con el objetivo de sacar adelante gobiernos de lucro y de negocios comprometidos con sindicatos o grupos de poder, o sea, para hacer negocios.

En términos generales, las fuerzas partidistas quieren dar “gato por liebre” a la ciudadanía y pasarse de listos al favorecer candidaturas que no cumplen con las características de independientes, con las que tratan de sorprender a la gente como lo han hecho siempre, toda la vida, sin decoro alguno.

VEREMOS Y DIREMOS.

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