Verítas Liberavit Vos
Por Daniel Aceves Rodríguez
En un entorno actual convulso por el temor al avance del coronavirus que amenaza con propagarse como pandemia letal y por otro lado la expectativa de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer con un ingrediente especial en nuestro país de un paro femenino con claroscuros interpretativos pero con profundas raíces a la conciencia inmediata y a la postura ancestral e inveterada que hace que las mujeres levanten la voz; se llevaron a cabo el martes 3 de marzo lo que se conoce como el super martes o el día destinado para la realización de las elecciones primarias dentro del Partido Demócrata de los Estados Unidos para ir perfilando a quién será el candidato ungido para poder desafiar la Presidencia al polémico Donald Trump que después de ser exonerado por parte del Senado del juicio político que recaía en su contra, emerge con más vigor e ímpetu para conservar su lugar en la Casa Blanca.
La atención estaba puesta en este significativo día se desprende de manera casi probabilística quién será el candidato del partido que tiene como imagen a un borriquito, el resultado de esa noche brindo una sorpresa descomunal desvelando el perfil que el electorado demócrata considera es el propicio para enfrentar a un Presidente que se lanza cobijado por los republicanos, asido por sus exabruptos, twitters, y una mayoría en las Cámaras de Representantes que lo convierten en una figura monolítica, de controversial andamiaje pero con una esencia norteamericana que para muchos sectores representa la raíz primigenia de esa nación que germinara de las trece colonias.
El resultado de esas elecciones primarias realizadas en 14 Estados de la Unión Americana donde se puso en juego el voto de 1300 delegados tuvo como sorpresivo ganador al ex vicepresidente de la era Obama, nos referimos al Senador Joe Biden, que si bien era un candidato de peso, jamás se imaginaron los analistas que obtendría una victoria tan apabullante como la lograda en esta primera ronda que lo hacen perfilarse como un rival de peso y un puntero fundamental en la elección demócrata para noviembre de este año.
Y vaya que fue sorpresa ya que con esta participación ya era la cuarta vez que se postulaba como precandidato y en las tres ocasiones anteriores no había podido lograr el triunfo primario en ninguno de los Estados que competía y en esta ocasión con el sistema electoral tan especial que maneja la democracia norteamericana, Joe Biden gano simplemente de tajo 10, lo que lo coloca a la punta y generando con ello que en esta carrera se bajaran de la contienda los precandidatos Pete Buttigieg ex alcalde de South Bend Indiana y la Senadora por Minnesota Amy Klobuchar allanando así el camino de la contienda y prácticamente sumando sus votos a la causa de Biden.
La gran sorpresa en sentido contrario fue la del Senador Bernie Sanders que se postulaba como el posible favorito de los demócratas dada su gran carrera hace cuatro años cuando perdió la nominación de su partido en la persona de una Hillary Clinton que venía avasallante y con un bagaje arropado por la luz de una primera dama Michelle Obama que le irradiaba un impulso ante el electorado, la fuerza de Sanders no fue suficiente y quedó en el camino, ahora cuatro años después parecía que las situaciones se alineaban, los triunfos previos en New Hampshire y Nevada lo hacían parecer que se llevaría la nominación del super martes, pero las cosas no fueron así, mucho se cuestiona que la duda o la sospecha de muchos demócratas de que el socialismo democrático enarbolado por Sanders lo coloque en plena desventaja ante el supremacismo y estilo de gobernar de Donald Trump.
En cambio para Biden uno de sus pilares fundamentales fue el de los votantes de color, Estados como: Carolina del Sur, Carolina del Norte, Alabama, Tennessee y Virginia fueron la consonante que valido y fortaleció la figura de Biden, hoy colocado en los cuernos de la luna tal como ocurrió en las disputas electorales demócratas de 2008 y 2016 cuando Barack Obama y Hillary Clinton respectivamente salieron victoriosos porque de alguna manera un factor esencial era que tenían la preferencia del sector de color y esto puede ser un punto a favor si llega al final como candidato y conserva esta arma que difícilmente la tiene el Presidente Trump.
La suerte aún no está echada, la contienda aún continúa, el Senador Bernie Sanders junto a la Senadora Tulsi Gabbard que no lleva puntaje aún a diferencia de la Senadora por Minnesota Elizabeth Warren quien quedó en tercer lugar pero también declinó la contienda; ambos deberán replantear sus estrategias y ver que no solo derrochando dinero en una campaña es como pueden atraer electorado, se dice que Biden gastó más de 2 millones de dólares en anuncios de televisión y el ex alcalde de Nueva York Michael Bloomberg cerca de 234 millones dólares solo para esta etapa electoral en los 14 Estados en contienda, logrando únicamente el triunfo en Samoa Americana, lo que fue suficiente para declinar su candidatura y que anunciara su apoyo a Bernie Sanders.
El camino sigue, se consumó una primera batalla dentro de esta guerra interpartidista donde la cifra mágica para conseguir la nominación es la de 1991 delegados de los 3979 que conforman el techo electoral, la estrategia sigue, las alianzas, fracturas, filias, fobias, persuasiones y traspiés se pueden dar para obtener el número deseado; y mientras esto pasa, desde la oficina oval el Presidente de la blonda cabellera y la sonrisa enigmática espera paciente con su celular en la mano a que el Partido rival emita humo blanco y conozca al candidato que le hará frente en este otoño del 2020, su batalla con Hillary Clinton terminó hace cuatro años, ahora ¿cuál será la diferencia?.