Una parada de tráfico en Texas por tener una luz del vehículo rota envió de vuelta a México a dos hermanos indocumentados sin antecedentes penales que llevaban varios años viviendo en Austin, capital del estado sureño.
Según informó el diario local Texas Observer, los hermanos Conejo, trabajadores del sector de la construcción, estaban conduciendo de regreso a casa desde el trabajo cuando fueron parados por la policía estatal por tener una de las luces traseras del auto rota.
Después de que los hermanos dieran sus tarjetas de identificación mexicanas, el agente que los detuvo contactó con la Agencia de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) y los esposó durante 15minutos, según un reporte del Departamento de Seguridad Pública (DPS) de Texas al que el citado medio tuvo acceso.
Tras la espera, el ICE se llevó a los dos mexicanos a un edificio federal situado en el centro de Austin y, al cabo de treinta horas, fueron deportados a Nuevo Laredo (Tamaulipas, México).
Este tipo de colaboración con agentes migratorios es común cerca de la zona fronteriza con México, pero es rara en el resto del estado, especialmente en ciudades.
“Me decepciona mucho saber que Texas apunta a personas que contribuyen al crecimiento de nuestras comunidades”, apuntó Dona Murphey, fundadora de Pantsuit Republic, una organización texana que aboga por los derechos civiles.
La activista consideró que este tipo de acciones está destruyendo a familias de inmigrantes y al tejido cultural de un estado que, en otras cuestiones, “presume de libertad”.
Según el mismo diario, la noche del 12 de febrero los hermanos fueron dejados en el lado mexicano de la frontera, tan solo con la ropa que llevaban puesta, a unos 600 kilómetros de su casa en México.
Uno de los hermanos, Juan Luis, apuntó al Texas Observer que ahora cobra siete dólares por día y vive con su esposa y sus dos hijos pequeños en el estado de Guanajuato, mientras que el otro, Everardo, está en casa de su madre.
“Explotamos a los indocumentados en la medida en la que nos sirven y luego los hacemos peones políticos que perpetúan sistemas de opresión en Estados Unidos”, concluyó Murphey.