Prostituían adolescentes por Whatsapp en España

Agentes de la Policía Nacional Española desarticularon una red de prostitución de jóvenes de entre 14 y 17 años las cuales eran ofrecidas en whats app.

29 personas, presuntas responsables de la organización así como 15 clientes de servicios sexuales que solicitaron expresamente a menores de edad por cuyos servicios pagaban entre 80 y 200 euros, fueron detenidos en el operativo que tuvo lugar tras largas indagatorias.

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En rueda de prensa el director de la Policía, Ignacio Cosidó, acompañado del delegado de Gobierno; el jefe superior de la Región de Murcia, Cirilo Durán y el comisario jefe de la Brigada de Extranjería y Fronteras de la Región, Alfonso Navarro, fueron quienes dieron a conocer estos hechos.

De acuerdo con las autoridades, los tratantes ofrecían un “catalogo” fotográfico en el que los clientes podían elegir «a la carta» a más de 400 mujeres, incluyendo a 12 menores.

Las indagatorias del caso comenzaron a raíz del reporte de unos padres de familia sobre la desaparición de su hija, una menor de origen ecuatoriano de 17 años de edad, quien según sus padres mantenía un alto nivel de vida, pero que sin embargo no le conocían trabajo remunerado alguno.

Tras diversas investigaciones a mediados de octubre se logró localizar a la menor en un piso de la capital murciana, en el que también residían otras chicas y un matrimonio dueño de la vivienda. También se pudo constatar que en dicho domicilio la menor y otras jóvenes, algunas también menores de edad, estaban siendo explotadas sexualmente por los propietarios del inmueble.

Este domicilio era sólo uno entre una lista de lugares dispuestos por una bien estructurada red de trata con capacidad para captar y explotar sexualmente a menores de edad. Al frente de estos prostíbulos estaban 3 mujeres, ayudadas por las parejas de dos de ellas, responsables de la explotación de las jóvenes y de coordinar las labores de captación.

Alguna de las captadoras incluso elaboraba coartadas para las menores que explotaba, presentándose ante los tutores o progenitores de las adolescentes como una madre necesitada de niñera para el cuidado de sus hijos.

Las menores eran captadas por tres vías: a través de compañeras de colegio, en discotecas o en Internet, aprovechándose de los anuncios que ponían las menores buscando trabajo como camareras, para el cuidado de ancianos, de niños o de limpieza. Contactaban con ellas y las convencían para que comenzasen a trabajar como masajistas.

La vía de comunicación entre las tres responsables de la trama y sus clientes, de alto nivel adquisitivo, en la mayoría de los casos era a través de Whastapp y diferentes redes sociales. Aunque cada explotadora sexual tenía sus chicas y su cartera de clientes, existía un intercambio habitual en ambos sentidos.

La Policía continúa las gestiones de investigación con el fin de identificar, localizar y detener a determinados clientes que solicitaron los servicios sexuales de menores, así como la detección e identificación de más víctimas que pudieran estar siendo explotadas sexualmente

 

Con información de agencias

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