Es muy tentador desvelarte viendo una serie de corrido mientras te envuelves en tus calientitas cobijas, o pasar horas chateando con esa personita especial antes de dormir y darte cuenta que la despedida que se aventaron fue de dos horas, o simplemente perder el tiempo en el scroll down infinito en el que se convierten las redes sociales a la hora de dormir.
Sí, todo ese tiempo que inviertes en esas actividades, podrías usarlo en otra cosa. Proponte hacer SÓLO UNA COSA A LA VEZ, ponle horas de inicio y fin a tus actividades, no te claves ni distraigas haciendo lo que no tiene que ver con la actividad en la que decidiste centrarte, así podrás terminarla en tiempo y pasar a la siguiente.
Levantarse temprano es algo que a nadie le hace gracia (hay algunas personas que sí, pero qué raros son, seguro no existen realmente y siempre fueron los papás) pero te das cuenta de que sí vale la pena ser el primero en despertar porque te bañas antes que todos y con agua calientita (aunque no mucha para no arruinar nuestra piel y cabello); puedes checar las noticias y mensajitos, enterarse de qué pasó en el mundo mientras dormías, y además desayunar completo, rico y sin prisas.
Párate cuando suene tu primera alarma, por muy bien que te caiga el snooze, nunca será un buen amigo para ti, así como tampoco lo será ese gasto innecesario de café venti todos los días, ni los minutos que pasas formada esperando a que te lo entreguen; ese tiempo puedes invertirlo en tu casa, preparando un rico desayuno balanceado con alguno de los productos Special K®, porque si no tienes tiempo de sentarte a saborear un plato de cereal, siempre puedes comer una barrita de camino al trabajo.
Cuando el tiempo no te alcance, es momento de hacer un reacomodo en tus actividades y preguntarte: ¿vives para trabajar o trabajas para vivir?
#EresFuerte, la respuesta está en tu interior, como todo lo bueno que hay en ti.