Servicios Médicos para los jóvenes: la llave a una vida sana y plena

José Antonio Meade Kuribreña*

*Secretario de Desarrollo Social

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México enfrenta rezagos sociales acumulados a lo largo de décadas. Las carencias que constituyen la pobreza son, en esencia, derechos constitucionales que para muchos mexicanos han sido promesas incumplidas. Son viejos problemas que demandan nuevas soluciones.

Con el liderazgo del presidente Enrique Peña Nieto, estamos trabajando para que los derechos sociales fundamentales –educación, salud, seguridad social, alimentación, vivienda digna y con servicios básicos– se cumplan a cabalidad.

Por eso suscribimos convenios para el abatimiento de la pobreza y de las carencias sociales con los mandatarios de las 32 entidades federativas. Existe en todos los actores gubernamentales, más allá de su identidad partidista, la voluntad de trabajar a favor de México, nuestra casa y nuestro proyecto común.

Hemos consolidado alianzas con el sector empresarial para lanzar nuevas iniciativas que van desde la aportación de recursos privados a proyectos sociales hasta la difusión de los derechos sociales en su entorno laboral y de negocios. Y también hemos estrechado nuestros lazos con las organizaciones de la sociedad civil, cuyos proyectos cambian la vida de millones de mexicanos.

Todo este esfuerzo tiene un solo objetivo: hacer que los derechos sociales establecidos en la Constitución se cumplan a cabalidad y que sean la base para el mejoramiento de las condiciones de vida de los mexicanos que más lo necesitan.

El lunes, en un acto que encabezó el Presidente de la República, se dio un paso importante en la ampliación de la cobertura de servicios de salud por medio de la afiliación masiva de estudiantes de educación media superior y superior a los servicios médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Alrededor de 7 millones de jóvenes que estudian en instituciones públicas de nivel medio superior y superior tienen, teóricamente, el derecho a recurrir a esos servicios. Sin embargo, la gran mayoría de ellos no lo sabe y no cuenta con medios para hacer valer ese derecho.

De ahí la instrucción del Presidente a las dependencias involucradas para que desarrollaran mecanismos que permitan acercar a estos jóvenes a los servicios del IMSS. El nuevo esquema, que ya está vigente, les otorga un Número de Seguridad Social (NSS) que los acompañará durante toda su trayectoria académica y laboral.

De ese modo, este mismo año lograremos que siete millones de mexicanos tengan la protección de nuestra mayor institución de servicios médicos. Esos jóvenes reciben del IMSS una llave  que les abrirá las puertas hacia una vida más sana y plena.

Cada carencia que abatimos significa el empoderamiento de una mexicana o de un mexicano; significa el ensanchamiento de sus capacidades para vivir una vida libre de pobreza; significa el acceso a una ciudadanía sin limitaciones que contribuye al bienestar y la prosperidad del país.

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