TIEMPOS DIFICILES

LA VERDAD… SEA DICHA/

Por Martín Elías Robles

     Qué tal, amigo lector; aquí seguimos echándole ganas para tratar de salir adelante con el asunto de la pandemia, dándole de patadas a las adversidades, y de repente haciendo como si no pasara nada, como si estar tanto tiempo en casa fuera una decisión por ganas, o tratando de que el uso del enfadoso cubrebocas parezca como una moda a la que nos hemos sumado de buena manera. Oiga, a veces alejarnos un poco de la realidad ayuda a no acabar loco de remate como dirían nuestros ancestros. 

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Y sí, somos los más grandes, los de más edad, los que vivimos una psicosis con el tema del covid, porque la mayoría de  los jóvenes siguen por la vida como que la gripita esta no les puede afectar, tal vez un poco de preocupación no les vendría nada mal. La pandemia tal parece no da  tregua alguna, ya ve lo que está ocurriendo en Europa, hay un repunte de la enfermedad que ha puesto en alerta máxima a las mismísimas autoridades de la Organización Mundial de la Salud, que por cierto han expresado que no ven una vacuna factible y suministrada en las personas hasta más allá de mediados del próximo año, por mayo o junio, santo cielo, Dios que nos cuide o nos agarre confesados, dijera la beata de mi tía Lupe. 

En esto de las realidades y fantasías, en la política también hace aire, por ejemplo, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, recién acaba de sugerir a los partidos políticos que no sean malitos, que del presupuesto que recibirán para el próximo año de manera voluntaria le regalen a la ciudadanía el 50 por ciento de su lanita para la compra de vacunas contra el covid, una iniciativa que ya fue presentada en el Congreso federal sin que haya sido aceptada, dijera el compositor Joan Manuel Serrat, bien me quieres, bien te quiero no me toques el dinero; pues quien le dijo al mandatario que en los partidos políticos hay hermanitas de la caridad, ya sabemos que los partidos y sus dirigentes cuidan sus intereses no los del pueblo. En fin, hablar de política es el cuento de nunca acabar. 

Hablado de vicisitudes, cuánta gente se ha muerto por estos días, el vecino, el amigo, el hermano, la pariente, apenas abre uno el facebook y aparece una esquela anunciado la trágica muerte de alguien, este sin duda será uno de los años más tristes para la humanidad; a ver si no acabamos como un pueblo fantasma, como Comala, el pueblo de “Pedro Páramo” de la maravillosa obra de Juan Rulfo. Disculpe la exageración, pero aquí en Nayarit todavía son muchos los casos de contagio y muerte.

LA TALLITA. Prócolo, Con este nombrecito me acordé del cómico que hace años venía como parte del elenco de la carpa de Teatro “La Tallita” un espectáculo que año con año hacía su temporada aquí en Tepic, y se instalaba precisamente en los terrenos que estaban en frente de la Estación del Tren; desde luego que le estoy platicando de hace bastante tiempo, allá por los años 80s. La Tallita traía a sus artistas para presentar obras de teatro universal, eran artistas desconocidos pero con gran talento y profesionalismo. 

Ahí me tocó ver obras como; Los árboles mueren de pie, El derecho de nacer, El exorcista, y comedias ligeras, además de las puestas con sentido dramático que eran su especialidad, como Corona de lágrimas. Bueno, pero el gran Prócolo prieto y aguado, así se hacía llamar el cómico, era la estrella de la carpa; al más puro estilo del famoso Jesús Martínez “Palillo” utilizaba el recurso de la sátira política y las pícaras palabras en doble sentido para entretener a su público que apenas le veía aparecer en el escenario y ya estaban muertos de la risa. 

En aquel entonces, a la entrada de la carpa se instalaba una mesa de vendimia donde preparaban un rico pollo con papas y adobo, además de enchiladas y tostadas, que era necesario comprar antes de la función o saliendo de ella, porque si no era como no haber ido. Que cosas tan más sabrosas. Por cierto, también en el espectáculo se presentaba Susy Moreno, un artista que personificaba a un gay muy simpático quien vestido con su sobrero floreado, diseñado con la misma tela de su camisa, y sus pantalones ajustados más allá del ombligo, a la par de su maquillaje femenino, hacía las delicias de las mujeres  cuando cantando y bailando con singular estilo llamaba a los hombres  para que le acompañaran al escenario; fijaba su vista en algún señor que se ponía rojo de la pena, y eso era suficiente para alegrar el ánimo de todos los asistentes. Don Susy Moreno era el dueño de la Tallita, quien abajo del escenario era un hombre serio y respetado. Los años pasaron, y un día “La Tallita” no regresó, dejando para el recuerdo de muchos nayaritas el espectáculo artístico y cultural de aquellos buenos actores y actrices. De don Prócolo se dijo que se quedó a vivir en Tepic, algo que no dudaría, pues quien conoce esta tierra bendita siempre quiere quedarse a vivir en ella. Hasta pronto. robleslaopinion@hotmail.com  

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