Un rol importante por reconocer

Véritas Liberabit Vos

Después de haber celebrado el merecido homenaje a la mujer en su día Internacional, donde fueron reconocidos todos los valores tan importantes que se encarnan en el sexo femenino sobre todo en su participación profesional, es difícil escribir todo lo que una mujer en su rol de madre y su correspondiente misión pudiera abarcar.

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¿A quién se le escapa su importancia decisiva?, se habla de una crisis familiar, que va desde lo económico y sus secuelas, la falta de trabajo, las carencias en el hogar, las privaciones , la diferencia de criterio, el nerviosismo, la impaciencia el estrés, la falta de tiempo, el desamor, todo esto es cierto hoy en día no se puede negar.

Y desde ahí, desde el hogar, surge la madre que ha de cargar sobre sus hombros todos esos males, quién en su fuerte debilidad debe declarar la guerra y lanzarse al combate porque no se permite a sí misma lamentarse en la inactividad; dentro del hogar, es la madre la artífice de un mundo nuevo ya que es dueña de los corazones y moldeadora de almas, a ella corresponde la vida de incesantes sacrificios, las preocupaciones, las lágrimas en esas noches de insomnio que cuesta a la madre la educación de sus hijos,.

Hoy más que nunca, ser madre moderna significa ser madre educadora, hoy que parece que todo se conjura para aniquilar a la niñez y a la juventud, constatamos que la mejor lección de educación es el ejemplo, el cual se representa en la lucha gigantesca y agotadora de una madre para con sus hijos, pero ella sabe que nada grande se obtiene sin la presencia del dolor, el dolor es el sello de sus conquistas duraderas, su empresa es de las que procuran a la vez alegrías deliciosas y penas indecibles desde el momento que se sabe que será madre.

Afortunadamente la madre, por ser tal, ha recibido de la naturaleza un conjunto de dones que no se encuentran en ningún otro ser y son los que específicamente la habilitan para desarrollar esa maravillosa obra educativa en sus hijos, La misión de una madre como colaboradora en la obra formativa es el ángel del hogar, debe aportar la gracia, la bondad, el calor de un corazón amante, siempre alerta, con una gran dosis de prudencia, criterio práctico, fina psicología, tacto y diplomacia para intervenir pero sobre todo para prevenir, estar siempre alerta a los vaivenes deplorables que tantas veces la comprometen a una indulgente debilidad o a una áspera severidad, a una culpable condescendencia o a una dura corrección.

La ternura de una madre corresponde a una confianza filial porque distribuye con igual moderación y con igual éxito, porque posee el corazón de sus hijos, tal como lo decía Sn Juan Bosco “procura hacerte amar y entonces te harás obedecer con facilidad”.

Así la mujer que es madre, por lo general realiza su empresa en la oscura esfera de sus funciones cotidianas, no trabaja por los extraños para cosechar vanos aplausos o alabanzas, su esfuerzo rebasa los límites del tiempo ya que su obra se edifica para la eternidad.

Por lo tanto no podemos dudad que en este día Internacional de la Mujer en que con beneplácito les reconocieron todas sus virtudes, se vieron los resultados en la lucha diaria por que cada día sea menor la brecha en lo que a derechos hay entre el hombre y la mujer sobre todo en la igualdad de género en rubros como: la salud reproductiva, el empoderamiento y su participación en el mercado laboral donde se busca que haya equidad entre ambos sexos para aspirar en igualdad de circunstancias para hacer lo mismo y aspirar al mismo puesto de trabajo.

Pues así junto a estas importantes menciones no podemos más que reconocer y admirar un rol ejemplar de toda mujer que marca una pauta importante de su misión en la vida, ya que no hay en el mundo un título más digno, profundo y duradero que el de ser madre, título que se enarbola con honor y con la gloria de ser tal, vaya en este mes un reconocimiento de este rol trascendente de una maternidad de satisfacción, orgullo, paz y alegría y triunfo eterno.

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