Aguirre pasa sus últimos días en Madrid, en poco tiempo estará viajando al Oriente Medio, donde dirigirá al Al -Wahda, de Abu Dhabi, un equipo cuatro veces campeón en la Liga Árabe del Golfo y participante del Mundial de Clubes 2010. Tuvo la opción de ir a Grecia o de quedarse en España, pero no encontró garantías económicas de los clubes que lo buscaron.
“También tuve chance de ir a México”, refiere, en conversación con medios; “pero allá quiero volver en otra faceta. Como entrenador ya cumplí mi ciclo. Hoy hay gente joven muy fuerte y bien preparada, superior a mí. Prefiero ir en otro cargo”.
¿Qué ha sido el balón durante tu vida?
Se convirtió en un habitante de la casa y de la familia. Tuve la fortuna de encontrarme en el camino con Silvia (su esposa), a la que le encanta el futbol. Tal vez más que a mí.
¿Siempre se salió con la suya?
Si eso significa ser profesional y ser congruente, sí. Evidentemente hubo obstáculos, el principal: el resultado final de un proyecto. Si cumpliste o no con el objetivo, ahí es cuando se hacen las evaluaciones y se decide lo que sigue. Soy un tipo dialogante y eso me ha permitido sortear muchas cosas o, por lo menos, a través del verbo, convencer que lo mejor para el directivo, jugador o cuerpo técnico es ir por el mismo camino. Las veces que salí de un equipo fue por un tema estrictamente de resultados, caso concreto Zaragoza o Atlético de Madrid.
¿Qué dice de su salida de Japón?
Fueron dos situaciones. Los resultados, porque acabó la Copa Asia y no conseguimos el objetivo. Ese mismo día, delante de los jugadores y la prensa, el presidente de la Federación manifestó su apoyo hacia la continuidad de mi trabajo. Lo hizo público. Pero a la semana de esto, coincidió que se hizo oficial la investigación de un partido del Zaragoza (contra el Levante) en el que yo estuve y me citaron a la reunión con el presidente. Yo tenía que resolver mi problema personal e iba a distraerme de mi trabajo. Así me lo hicieron saber y yo no les pude garantizar que no tuviera que viajar a España por algún motivo relacionado. De común acuerdo, decidimos no continuar. Tampoco fue algo traumático ni para ellos ni para mí.
¿Y ese asunto lo tiene tranquilo?
Me presenté ante la autoridad y di mi versión de los hechos. Desde ese día hasta hoy estoy absolutamente tranquilo. Entiendo que son cosas que llevan un tiempo, pero yo sigo ejerciendo mi trabajo. Puedo hacerlo perfectamente, nada me lo impide. Y ya está. Esto llevará su curso, seguirá la investigación hasta que quieran las autoridades y se determinará en un futuro si hay o no elementos para juicio.
En algo ayuda tener ese carácter.
Nunca permitiré negociar cosas que son innegociables. La actitud, el trabajo, el amor por el futbol… y tu trabajo. Es decir, hay obligaciones y derechos, y tienes que ser firme con eso. Ha pasado que yo me he equivocado, lo he aceptado y he seguido adelante en mi camino. Tampoco creo que sean tan graves los malos momentos que he pasado o alguna mala decisión que he tomado.
Pero el desgaste repercute de alguna forma, ¿no?
Lo mío es genético, tanto el estrés como las canas (se ríe). Yo decía un poco en broma cuando salí de la Selección Nacional, la segunda vez, en 2010, después del Mundial de Sudáfrica, que le tomaran una foto al Chepo, que en ese momento era el que asumía el cargo. Y que le tomaran la misma foto cuatro años después. Sí que hay un desgaste que se manifiesta físicamente, por más que uno intenta que no te haga mella. Llevas el futbol por dentro: estás pensando en la alineación de mañana, alguien te comenta alguna crítica sobre tu trabajo y, si no lo sabes llevar, si no supiste en el éxito comportarte a la altura, menos lo harás en el fracaso. El equilibrio emocional es un arte que hay que intentar desarrollar los entrenadores.
¿Lee periódicos?
Por supuesto. Es que si no hay autocrítica no hay nada. No te puedes meter a una pecera, o a una burbuja, como si no pasara nada a tu alrededor. O como si tú hicieras todo bien y te crees el hombre perfecto y que nadie está a tu nivel de conocimientos futbolísticos. Y no es así. Lo único que tengo de diferente contigo, por ejemplo, es un título de entrenador. Pero veo futbol igual que tú. Esto no tiene tanta ciencia ni es tan complicado. Las experiencias ayudan, es cierto, pero también el sentido común.