Warriors-Cavaliers, la final sin fin de la NBA

Los dos equipos se juegan el anillo por cuarto año consecutivo y LeBron James, ocho veces seguidas en la última cita, se erige en el contrapoder del súper equipo californiano

LeBron James contra los Warriors. El cuarto capítulo de la rivalidad empieza a hervir en las audiencias televisivas de una NBA cada vez más global, con 130 jugadores internacionales en sus 30 equipos, y cada vez más popular, desde China hasta Camerún pasando por Nueva Zelanda, por citar algunos de los países donde redobla su política de expansión. Se podría antojar repetitiva esta cuarta final seguida que en la madrugada del jueves al viernes (3.00) emprenden Golden State y Cleveland. Hasta su irrupción en la cima, nunca dos mismos equipos habían protagonizado más de dos finales seguidas. Ni siquiera los eternos rivales, los Lakers y los Celtics, llegaron a semejante duopolio, aunque sí jugaron seis finales en ocho años, entre 1962 y 1969, en los tiempos de Bill Russell, John Havlicek, Jerry West y Elgin Baylor.

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También se podría calificar este Warriors-Cavaliers de previsible. Un 93% de los directores deportivos de los 30 equipos, en la encuesta anual previa a la competición, vaticinaron que Golden State iba a repetir el anillo. El 7% se decantó por Cleveland. Ni uno solo nombró a otro equipo. La cuarta final seguida entre los de California y Ohio se presenta, sin embargo, atractiva, con alicientes de primerísimo orden. Intriga saber si la tremenda capacidad de un líder como LeBron James, capaz de arrastrar a su equipo en las situaciones más adversas, acumular 100 partidos esta temporada, sumar tres triples dobles y siete veces más de 40 puntos en los playoffs, jugar los 48 minutos sin descanso y lograr 35 puntos, 15 rebotes y nueve asistencias en el partido deciviso de la final del Este, en Boston, alcanzará para coronar a los Cavaliers.

Las hazañas de LeBron, a sus 33 años, en su octava final de la NBA, ya no desmerecen cuando se comparan con las del número uno de todos los tiempos, Michael Jordan. LeBron ha llevado de nuevo a los Cavaliers a la final tras una temporada cargada de problemas, con múltiples cambios en la plantilla, con un decepcionante cuarto puesto en la fase regular que le obligó a jugar con desventaja de campo las semifinales y la final de Conferencia. Y, para rematar, con la importante baja de Kevin Love desde el sexto partido de la serie ante los Celtics. Los Cavaliers ya la habían empezado mal, perdiendo por 2-0, y tuvieron que remontar sin posibilidad de fallo un 3-2.

Isiah Thomas, jugador de los Pistons desde 1981 hasta 1994 y entrenador de Indiana y Nueva York desde 2000 hasta 2008, se animó a comparar: “Lo que estoy viendo en LeBron es un jugador de baloncesto que domina por completo su época. No he visto hacer esto a nadie más excepto a Abdul-Jabbar y a Bill Russell. Cuando hablas estrictamente de lo que es un jugador completo de baloncesto, Lebron es mejor que Jordan”. Todo ello después de puntualizar que no pretende faltarle al respeto a Jordan, con el que mantuvo una envenenada relación y que propició el descarte de Isiah Thomas para el dream team de Barcelona 1992. Recientemente hicieron las paces.

Los Warriors, como los Cavaliers, afrontaron la final de Conferencia con el factor en cancha en contra. Los Rockets fueron mejores en la fase regular. Las lesiones, algunas disfunciones en el equipo y el descenso en la aportación de algunos jugadores de banquillo situaron a los Warriors en el segundo puesto de la fase regular y en la misma tesitura que los Cavaliers, con un 3-2 adverso y la necesidad de ganar el sexto y el séptimo partido ante los Rockets.

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