Redacción, México
Pese a sufrir más de lo esperado, Santos por fin obtuvo su quinto título en el futbol mexicano al vencer con global de 5-3 a los Gallos Blancos del Querétaro, equipo que vendió cara la derrota en el marcador agregado.
Pedro Caixinha supo hacer los ajustes, inclusive antes que concluyera la primera parte, para apagar el ímpetu de una escuadra queretana que nunca se dio por vencido pese a que tenía una losa muy pesada de cinco goles en contra al iniciar el compromiso de vuelta.
Santos cayó 3-0 en La Corregidora, pero aún así le alcanzó para tener la quinta estrella en su historial y obtener su segundo trofeo bajo el mando del estratega lusitano.
INICIO INMEJORABLE PARA LOS DE CASA
Tras una gran jugada de Danilinho en el área, misma que terminó en pena máxima que se encargó de concretar Mario Osuna, el conjunto de casa recibió el toque de energía y aliento que necesitaban para atocigar la valla custodiada por Agustín Marchesín, recogiendo los frutos de ello.
Apenas al minuto 21 de iniciado el compromiso los dirigidos por Víctor Manuel Vucetich tenían prácticamente la mitad del trabajo hecho cuando Yasser Corona puso el 2-0, encendiendo los focos rojos en la zaga lagunera y en su cancerbero.
LA TORMENTA ANTES DE LA CALMA
Con un cuadro queretano completamente desbocado al frente y ya con el tercer en gol en contra a cuestas, Pedro Caixinha decidió que había visto suficiente y fue cuando recurrió a un cambio que se veía poco probable cuando sacó al héroe de la ida, Javier ‘Chuletita’ Orozco, para darle su lugar al juvenil Sergio Ceballos.
En la parte complementaria el cuadro lagunero manejó de mejor manera los tiempos del partido y limitaron el incesivo ataque de los queretanos. Pareciera como si el medio tiempo hubiera absorbido la energía de los locales.
MARCHESÍN, LA FIGURA
Pese a recibir tres goles en el compromiso de vuelta ante Gallos Blancos, el cancerbero de los laguneros fue de las piezas más importantes, no sólo en este encuentro sino también en toda la liguilla al mantener su valla en cero en las semifinales ante Chivas y despejar en más de una ocasión el peligro ante Querétaro.
Supo mantener la calma en el cuadro bajo de Santos y en la parte complementaria bajó la cortina pese a los intentos de Patricio Rubio, Ronaldinho, Emanuel Villa y compañía.