Para Guadalupe Acosta Naranjo, vicecoordinador de la bancada del PRD en San Lázaro y expresidente del PRD, la suerte que su partido y los panistas corran en los 13 comicios estatales del próximo año puede cambiar el rumbo hacia 2018.
Acosta Naranjo es el operador perredista todoterreno. Su nombre suena en todas partes. En el Instituto Nacional Electoral (INE), en los cabildeos parlamentarios, en el fortalecimiento de la presidencia de Basave Benítez, a quien impulsó en el cargo, en las conversaciones privadas que se hacen para convencer a experredistas a que regresen al partido y en el apuntalamiento de las alianzas electorales de 2016 con el PAN.
En entrevista con Excélsior critica que Andrés Manuel López Obrador, dirigente de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), se niegue a formar parte de ese esfuerzo. “No quiere juntarse con nosotros. Si no hay unidad de la izquierda en esta etapa será porque él no quiere, la unidad es una táctica correcta, no es un ruego. Él confunde que le estamos rogando”, afirma.
El legislador asegura que las cosas pueden dar un vuelco a favor de la oposición, como ocurrió en 2010 cuando perredistas y panistas ganaron tres gubernaturas y varias alcaldías.
“Algunos dicen que las alianzas sólo fortalecen al PAN; se equivocan. Gracias a la experiencia de 2010, en 2012 Andrés Manuel ganó Puebla e Hidalgo”, ejemplifica.
Adelanta que para 2016 irán con “una estrategia electoral que nos permita quitarle bastiones al PRI, los que no ha perdido nunca: Veracruz, Durango, Hidalgo, Tamaulipas, Quintana Roo. Casi 100 años. Si nada más la posible alternancia fuera una razón, la deberíamos de tomar. Algunos se quejan de los Castro de Cuba, pero ellos sólo llevan 60 años”.