La verdad… sea dicha

Hoy es martes 22 de marzo, una fecha muy especial pues estamos conmemorando el Día Mundial del Agua; y vaya que esta celebración ha tomado mucha relevancia ahora que por todo el mundo hay una escasez del vital líquido. Reconocido por la Asamblea General de las Naciones Unidas desde 1992, el Día Mundial del Agua se conmemora con la finalidad de dar a conocer, y concientizar sobre la importancia del agua, y la defensa de la gestión sostenida de los recursos de agua dulce. Es tan importante el tema del agua que por ejemplo, los seres humanos no sobreviviríamos más de tres días sin ella. El asunto es que con eso del cambio climático y la destrucción que estamos realizando en nuestro planeta, acabando con la naturaleza, cada vez se torna más difícil resolver el problema del vital líquido. Mire, usted, amigo lector; hoy en día, una de cada tres personas vive en un país con escasez de agua entre moderada y alta, y es posible que para el 2030 la escasez afecte a más de la mitad de la población mundial; ya que la demanda podría superar a la oferta hasta en un 40 por ciento. Cada vez hay más competencia entre agricultores y ganaderos;  entre el sector industrial y el agropecuario; entre la ciudad y el campo; entre las cuencas hidrológicas altas y bajas; y entre quienes viven a uno u otro lado de las fronteras. Definitivamente el cambio climático y las necesidades de la población que siguen creciendo día con día significa que debemos trabajar para proteger el buen uso de este recurso limitado tan importante para la vida en el mundo. Oiga, ya que estamos comentando de días significativos, déjeme recordarle esto: “Veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían servirla. De mujeres y hombres afligidos por el abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales” “Veo ciudadanos angustiados por la falta de seguridad, ciudadanos que merecen más servicios y mejores gobiernos que les cumplan”.  Ciertamente, así se expresaba Luis Donaldo Colosio, el  extinto candidato priista a la Presidencia de la República, cuando en plena campaña política fue asesinado un fatídico 23 de marzo de 1994 en la Ciudad de Tijuana Baja California. 22 años han pasado, y la polémica, los sentimientos encontrados, y la duda, sigue en la mente de priistas y ex priistas, que más de alguna vez han pensado en la posibilidad de reabrir las investigaciones sobre el magnicidio, el que, por el largo transcurrir de los años parecería imposible llegar a esclarecer. Fíjese, amable lector; este suceso los mexicanos lo vivimos de manera muy cercana, tal vez por la forma en que los medios de comunicación trataron la noticia, dándole al magnicidio una cobertura excepcional, en la que los detalles mínimos del acontecimiento fueron presentados en vivo por la televisión, donde en tiempo real y sin interrupciones, minutos después del asesinato, todos pudimos seguir desde Lomas Taurinas y hasta la antesala del quirófano del hospital donde se le atendía, la manera en que se luchaba por reavivar a la ya inerte humanidad del candidato. La crónica de la presentadora de televisión y actriz, Talina Fernández (quien  astutamente logró permanecer al interior del hospital) nos dio la certeza, aún sin anunciarlo abiertamente, que por desgracia Colosio había fallecido en el artero atentado, versión confirmada minutos después por el vocero presidencial.

Que en el mar la vida es más sabrosa

Espero que usted ya esté listo para emprender el camino hacia la playa, para ir a disfrutar de las maravillosas aguas del Pacífico que en Nayarit es un edén digno de apreciar; si usted supiera cuantas personas en el mundo desearían tener nuestras playas; es más, déjeme contarle que sin ir tan lejos, en nuestro país hay gente que no conoce el mar, suena increíble, pero en la ciudad de México conocí personas que nunca han tenido la oportunidad de ir a llenarse de arena y echarse un chapuzón en el agua salada, por eso nosotros los nayaritas no debemos dejar pasar la oportunidad de disfrutar lo que la madre naturaleza nos ha regalado. Ya sé que el tiempo no está para chifletas con eso de la economía, pero haciendo un esfuerzo siempre hay manera de amanecer en la playa disfrutando de un agua de coco y un pescadito zarandeado. Mire, si su presupuesto es limitado le recomiendo se vaya a San Blas y sus playas circunvecinas, hay lugares baratos para pernoctar, y la comida no es muy cara; ahora que si su bolsillo es más amplio acá por el lado de La Peñita de Jaltemba y los Ayala está fabuloso para pasarla bien. Ya si de plano usted es de los agraciados que cuentan con posibilidades económicas desahogadas, pues váyase a Nuevo Vallarta Nayarit donde la infraestructura hotelera es de otro mundo. Pero insisto, Nayarit es tan bello que en cualquier lugar que se estacione estará muy bien, hay a quienes estar cerca de la naturaleza nos importa más que los lujos que se puedan tener en algún buen hotel; sol, arena y mar es más que suficiente para pasarla a todo dar, y claro acompañados de un buen refresquito, una cervecita y un pescadito tatemado.

Yuridia “La Grande”

El miércoles pasado mi esposa Leticia y yo nos fuimos a la Feria de Nayarit 2016 para disfrutar del concierto de Yuridia, oiga, si hubiera visto usted que mundo de gente, el Foro Cultural estuvo a reventar, bueno reventar es una expresión nada más, porque el Foro está prácticamente al aire libre; el caso es que Yuridia salió al escenario inspirada para cantar sus éxitos, la mujer más delgada y con una voz potente deleitó a la concurrencia que feliz le aplaudió su actuación. A nosotros como llegamos algo tarde nos tocó apreciar el concierto de lejecitos, justo cerca de donde estaba estacionado un camión de bomberos de esos largotes, al que por cierto todo mundo se quería subir para poder ver el concierto, el chofer de la unidad se cansó de decirles que no porque se ponía en riesgo la seguridad, eso mientras no llegaron sus familiares a quienes trepó por todo lo alto del camión para que disfrutaran del evento en zona preferencial, desde los cielos; imagínese donde se hubiera presentado algún accidente; de aquí a que bajara a toda su parentela de la unidad pues la casa o el negocio ya se les hubiera quemado, pero bueno, escuchar en vivo a Yuridia bien valía la pena.

Cafeteando la noticia

No cabe duda que los tiempos cambian mucho; en épocas de mis abuelos y aún con la crisis de ellos, mucho se acostumbraba para estas épocas servir en la mesa de las familias mexicanas una gran variedad de exquisitos platillos, en una sola tarde de comida servían los chiles rellenos, el arroz, los frijolitos, el pescado y la famosa capirotada, o las torrejas enmeladas, sin faltar el agua fresca de distintos sabores. Hoy penosamente, si hay para un sólo guisado ya se está de gane, con excepción de los pudientes adinerados que no están en la lista de los pobres, esta triste lista que cuenta a más de 50 millones en México. Hasta pronto. Para comentarios mi correo  robleslaopinion@hotmail.com