Véritas Liberabit Vos
Es de mencionar que la Constitución venezolana incluye desde el año de 1961 este procedimiento conocido como referéndum el cual es el procedimiento para tomar decisiones donde los ciudadanos ejercen el derecho de sufragio para decidir acerca de un tema de resolución mediante la expresión de un acuerdo o desacuerdo, es considerado por antonomasia como el mecanismo de democracia directa.
Este tipo de procedimiento por el objeto de que se trate puede ser de cuatro categorías, encontrando así el llamado referéndum de Independencia, el Constitucional, el Legal y el Revocatorio, siendo este último el que la oposición venezolana conocida como Mesa de la Oposición Democrática (MUD) intenta que se lleve a cabo antes de que termine este año, sabedores de que gozan de las más altas probabilidades de obtener una mayoría aplastante y que de llevarse a cabo se generaría el derrocamiento del actual Presidente lo que obligaría a una nueva contienda electoral, más sin embargo si este proceso se aplaza y llega el próximo año sin que el referéndum se realice, las cosas ya serían diferentes, de acuerdo al resultado, si se removería al Presidente, pero aún él, tendría la potestad de nombrar en su lugar al Vicepresidente o a una persona afín al gobierno actual.
Es así como desde estos momentos se ha desatado una guerra de vencidas que inició desde diciembre pasado cuando en las elecciones legislativas la oposición tuvo una abrumadora mayoría dando como resultado que a partir de este año 2016 el gobierno chavista de Nicolás Maduro se enfrentara a un congreso totalmente opositor a la causa bolivariana por él representada, lo que ha provocado el embate de demostraciones de poderío de cada una de las facciones, esta última, la que más efecto generó, ha puesto a pensar seriamente al Consejo Nacional Electoral que es controlado aún por el gobierno en buscar alternativas que le den a ganar tiempo para llevar lo más lejos posible la decisión de un referéndum.
A pesar de toda esta oposición Maduro ostenta el poder, pero es inminente y no puede negar que sus políticas de izquierda han llevado a Venezuela a sufrir una profunda y dolorosa crisis financiera y de orden social, donde cada día el bolívar va perdiendo más valor adquisitivo, donde la hiperinflación galopante llega a todos los bolsillos y se incrementa geométricamente el desabasto de alimentos y de medicinas, esto unido a la violencia y pillaje que se ha salido de control en muchas zonas del país.
Esta inconformidad del pueblo venezolano no es nueva, ya tuvo sus visos principales en las elecciones legislativas intermedias que no dejaron un ápice de dudas sobre cuál es el sentir del pueblo venezolano, inútiles son los discursos que enarbola Maduro al buscar enemigos y retomar el fantasma del golpe de estado mismo argumento utilizado por Dilma Rousseff en su intento desesperado por no reconocer el fracaso de sus políticas públicas, y acusar de planes desestabilizadores a los acaparadores capitalistas, a los empresarios voraces, a las fuerzas externas y a la derecha conspiradora.
Frases ya muy trilladas y muy manejadas que ya no tienen eco en los oídos del pueblo que si vive en carne propia una de las perores crisis económicas de este otrora industrial y petrolero país que ha visto como se desmorona su poder adquisitivo y como es visible la falta de alimentos y medicinas en el mercado y comercio, puntos fundamentales que han movido la voluntad del pueblo y han salido pacíficamente a las calles a buscar una solución democrática.
El vecino país Brasil ha dado la pauta, claro aquí no se trata de un impeachment (juicio político) como el que se llevó a cabo en ese país, aquí se trata de buscar un mecanismo de democracia directa que lo permite la ley para enderezar ese rumbo que al igual que en Brasil se torció hacia políticas poco adecuadas para el buen cauce de la economía y el bien común.
Se sabe que han aparecido varias opciones para mediar en esta situación apremiante, donde se buscan otras formas diplomáticas que den respuesta a estas necesidades del pueblo, la visita del ex presidente español Rodríguez Zapatero como mediador deja algunas dudas sobre la posibilidad de una salida menos drástica a la del referéndum, pero mientras esto sea, el pueblo venezolano continuará con la búsqueda de una solución que venga a paliar la tan deteriorada situación en que se vive producto de políticas arcaicas e ideologías pasadas, ya Brasil puso la muestra.