El video de la muerte del piloto jordano Muath al-Kasaesbeh muestra un nuevo nivel de crueldad del grupo radical que enfrenta una creciente presión militar
La forma en la que el piloto jordano que se encontraba cautivo por el Estado Islámico murió, envuelto en llamas dentro de una jaula, siembra un precedente en la historia de barbarie de dicho grupo terrorista, que en un principio había recurrido a decapitaciones como una forma de intimidación.
El Estado Islámico comenzó a matar a rehenes el año pasado cortándoles el cuello, luego de que gobiernos occidentales se negaran a aceptar sus condiciones —en su mayoría el pago de rescates— a cambio de sus liberaciones.
El periodista estadunidense James Foley fue el primero en morir de dicha forma. Aunque el Estado Islámico dio a conocer un video mostrando su cuerpo decapitado, no mostró el momento preciso en que el hombre es ejecutado.
Además, otros sentenciados a muerte, como por ejemplo por robar o por ser homosexuales, fueron lanzados desde edificios o ejecutados de disparos en público, pero el Estado Islámico en dichos casos sólo presentó fotos.
El cambio vino en semanas recientes, cuando el grupo de militantes por primera vez mostró la decapitación completa de uno de los dos rehenes japoneses que mantenía cautivo.
El video de la muerte del piloto jordano Muath al-Kasaesbeh es diferente. Grupo Imagen Multimedia tuvo acceso al video completo que muestra al hombre dentro de una jaula antes de ser quemado vivo.
Al-Kasaesbeh viste un traje naranja similar a los que llevaban otros rehenes. Los trajes naranjas son una especie de burla del Estado Islámico a países occidentales, ya que así era como vestían los militares estadunidenses a los prisioneros en Irak y así es como visten los presos en Guantánamo.
Aunque los radicales enfrentan una creciente presión militar por los ataques de la coalición así como de tropas iraquíes y kurdas, esto no ha impedido que continúen las capturas de rehenes y sus ejecuciones.