AQUÍ NOS TOCÓ VIVIR

LA VERDAD… SEA DICHA

Por Martín Elías Robles

     Qué tal, amigo lector;  hoy es marte 29 de septiembre, de este fatídico año 2020. Dicen que este día ni las gallinas ponen, que todo mundo inicia labores como en cámara lenta, y ahora con las restricciones y la pandemia del Covid, pues más; esta costumbre que tenemos algunos mexicanos de darle un toque cuachalangón al trabajo y a las actividades cotidianas. Luego, es común que allá por el jueves la gente diga que inicia el fin de semana, y prácticamente ya no es tiempo para hacer nada, así se nos va la vida. 

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Bueno, con la excepción de muchos mexicanos que siempre traen las pilas recargadas, la actitud positiva por todo lo alto, y la inquebrantable convicción de que para lograr cosas grandes en la vida hay que, como dicen en el argot futbolístico, dar el extra. Los mexicanos sin perder nuestra esencia de bullangueros, hoy algo mermada, deberíamos aprender un poco de la disciplina mental y física de los japoneses, esta raza de hombres y mujeres admirables que desde pequeños planifican su vida para la juventud y la edad adulta mayor, son personas muy limpias, educadas, trabajadoras y ahorradoras.

En la escuela primaria los niños y jóvenes son educados para que se formen como hombres de bien, como árboles que crecen derechos, firmes y productivos, de tal manera que al llegar a la edad adulta de los 40 años, son personas en plena capacidad para generar frutos. Ya para el tiempo de su vejez, a diferencia de lo que ocurre con la mayoría de los mexicanos, ellos los japoneses, se convierten en árboles gigantes que continúan dando sombra y cobijo a sus descendientes,  con la fortaleza que les da el haber vivido en sana disciplina física, mental y económica; porque en lo económico son grandes ahorradores y siempre están pensando en lo que guardarán para el futuro.

Fíjese usted, le comento esto porque mi hija tuvo la suerte de casarse con un hombre japonés, y he podido constatar sobre la excepcional cultura nipona, una cultura que en términos generales le ha permitido al Japón ser esa gran nación creciente y fructífera que hoy es. Qué diéramos porque nuestra nación un día se convirtiera en un país de primer mundo; tenemos recursos naturales, grandeza de espíritu, fortaleza como seres humanos, una gran sensibilidad, y la inteligencia para salir adelante, sólo falta hacer a un lado a las alimañas corruptas que son un obstáculo para el pleno desarrollo de México.

Mire, por darle un ejemplo de las diferencias entre las naciones; ahora con el problema de la pandemia, allá en el Japón a toda su ciudadanía le fue entregado un cheque por una buena cantidad de dinero para que solventara sus necesidades económicas mientras pasa la contingencia de salud, todo de manera organizada y sin corrupción, mientras que en México, para qué le cuento más, todos sabemos de las penas por las que se está pasando tras el cierre de empresas y negocios, por la falta de empleo y las pésimas acciones de los gobiernos estatales y municipales. En fin, qué le vamos a hacer, como dice la escritora Cristina Pacheco, la del canal Once de Televisión, aquí nos tocó vivir.

QUE SIGA LA FIESTA. Mal andamos los nayaritas cuando no estamos teniendo cuidado para evitar los contagios de Coronavirus, son las autoridades municipales quienes han dado a conocer que en algunas colonias de Tepic la gente sigue realizando sendos fiestones con banda y buen número de invitados, aun cuando se les ha dicho hasta el cansancio que eso está prohibido, parece que no hay conciencia ni respeto alguno, tal vez ya vaya siendo hora de que las autoridades tomen medidas drásticas para acabar con el problema.

EL FUEGO AMIGO. Por cierto, ahora que menciono al Ayuntamiento de Tepic, ahí en la oficina central, el mero mero, don  Javier Castellón, el alcalde, se ha dado una tremenda enojada porque algunos políticos de estos calientes que andan en la búsqueda de un puesto de elección popular, les ha dado por señalar los errores de la administración municipal, sólo para llevar incautos a su molino, pues estos aspirantes ya andan tapando baches, y arreglando los desperfectos que en tres años no han sido cubiertos por el profe Castellón y su lenta cuadrilla de trabajadores. 

Lo peor del caso es que dice el alcalde, es gente amiga la que se ha descarriado y ha empezado a tirarle de pedradas al changarro municipal con tal de ganar una elección. Con esos amigos para que quiere enemigos. Ahora que, en honor a la verdad, si sus “amigos” políticos insisten en recalcar las deficiencias en el accionar municipal, pues sí que tienen mucha tela de donde cortar. Allá ellos y sus enredos políticos.

QUE NO HAY DINERO. Lo dijo el gobernador, y la semana pasada lo repitió su secretario general de gobierno, aunque luego el susodicho lo desmintió, asegurando que todo fue un mal entendido. El caso es que los trabajadores que dependen del Gobierno del Estado de Nayarit se llevaron un susto mayúsculo cuando se dijo que no habría para pagar a nadie la próxima quincena. ¿Será el preámbulo de algo verdaderamente serio?  Vaya usted a saber. Hasta pronto. robleslaopinion@hotmail.com         

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