Armstrong podría terminar en la ruina

Lance Armstrong, el ciclista estadounidense caído en desgracia, teme acabar en la ruina si pierde el juicio millonario en su contra por dopaje, que tendrá lugar este año en Estados Unidos.
En el último de sus muchos problemas legales, Armstrong afronta a finales de este año el juicio por la demanda de Floyd Landis, su excompañero de equipo en el US Postal, cuyo testimonio ayudó a exponer los delitos de dopaje de Armstrong y que ahora le reclama una compensación por daños y perjuicios.
Debido a que el equipo está patrocinado por la oficina de correos de Estados Unidos, el gobierno federal se ha unido a Landis en reclamar 100 millones de dólares, un tercio de los cuales sería para Landis.
Armstrong, al que despojaron de sus 7 victorias en el Tour de Francia, admite que está preocupado.
“Es un caso 100 millones de dólares. Si perdiera, no nos volveríamos a sentar en esta mesa nunca más”, dijo Armstrong a un pequeño grupo de periodistas en su casa en Aspen, Colorado, entre ellos uno de AFP. “No estaríamos sentados en esta casa nunca más. No estaríamos sentados en ningún hogar. Yo no tengo 100 millones de dólares”.
“Creo en nuestros argumentos, es todo lo que voy a decir”, añadió, confesando sin embargo su temor a que el jurado no vea las cosas como él.
Pocos atletas -pocas personas- han sufrido una caída tan estrepitosa como la de Armstrong, que inspiró a millones de personas al vencer el cáncer y ganar siete veces una de las pruebas deportivas más difíciles del mundo, antes de caer por el uso de sustancias dopantes.
“Es gracioso, porque la gente piensa, “¿eres débil o algo?”, cuando nos ayudamos de entrenadores en todos los demás aspectos de la vida, ya sea en el ciclismo o en otro deporte, o en los negocios”, dijo Armstrong.
Aunque el deportista de 43 años admite que fue “un auténtico cretino durante mucho tiempo”, dice que no puede pedir disculpas por todo.
“No voy a decir lo siento por ciertas cosas”, dijo. “Voy a pedir disculpas a esa persona que era creía en mí, que era un admirador, que me apoyó, me defendió, y terminó pareciendo tonto”.
“Estoy preocupado por Mary Jane en Ohio, Doug en Pennsylvania, o Liam en Birmingham o donde sea”, insistió.
“Mira”, agregó, “si pudiera recorrer el mundo pidiendo perdón cara a cara, lo haría”.
Armstrong dice que perdió 75 millones de dólares en patrocinios e ingresos el día que confesó su dopaje hace tres años y que sigue en contacto con la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA).
Su presidente, Travis Tygart, ha ofrecido una reducción de la suspensión de por vida a cambio de una mayor cooperación.
Armstrong cree que el levantamiento de la suspensión es “muy poco probable”, pero es que además dice que no tiene “nada nuevo” que ofrecer a Tygart.
Armstrong volverá a las obras de caridad el próximo mes completando dos o tres etapas de la ruta 2015 del Tour de Francia para la organización Curar la leucemia.

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