La ultima víctima es una enfermera que sólo observaba el paso de una marcha oficialista en el centro de la capital venezolana
Una enfermera falleció el domingo, días después de recibir un golpe durante una marcha oficialista, elevando a 21 los muertos en las protestas de las últimas tres semanas en Venezuela.
Almelina Carrillo, de 47 años, murió en un hospital del centro de Caracas al que ingresó el pasado 19 de abril tras ser golpeada en la cabeza por una botella de agua congelada lanzada desde un edificio durante una marcha oficialista, anunció el domingo el ministro de Relaciones Interiores, mayor general Néstor Reverol, en su cuenta de Twitter.
La enfermera observaba el paso de una marcha oficialista en el centro de la capital venezolana.
El anuncio de la muerte de la enfermera se da a pocas horas del inicio de una nueva jornada de protesta convocada por la oposición en todo el país contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, que acusa a sus adversarios de promover un golpe de estado.
Bajo la consigna «Venezuela se planta contra la dictadura», los opositores partirán desde varios puntos de Caracas para marchar hasta la principal autopista de la ciudad, donde se concentrarán por algunas horas.
Centenares de policías y guardias nacionales, con equipos antimotines, tomaron desde el amanecer varios puntos de la ciudad por seguridad.
Rechazando la nueva protesta de la oposición, Maduro afirmó el domingo que no se «rendirá ante las fuerzas de la oligarquía» e instó a sus adversarios a retornar al proceso de diálogo que está estancado desde diciembre.
La oposición ha descartado cualquier diálogo con Maduro y anunció que seguirá en las calles hasta que el gobierno acceda a permitir la celebración de elecciones, se abra un canal humanitario para alimentos y medicinas, se liberen a los que consideran presos políticos y se respete al Congreso.
La crisis venezolana y la muerte de manifestantes generó preocupación en varios países de la región y organizaciones como la ONU y la OEA, que urgieron a Caracas a tomar acciones para reducir la polarización y crear condiciones para enfrentar la situación.
Algunas organizaciones humanitarias y opositores cuestionaron la actuación de los cuerpos de seguridad, a los que acusan de excederse en la contención de las protestas. Las autoridades desestimaron las críticas y sostienen que actúan según las leyes.
Las protestas de las últimas tres semanas han dejado 21 fallecidos, más de un centenar de heridos y detenidos.
Las tensiones políticas se intensificaron luego de dos sentencias que emitió a finales de marzo el Tribunal Supremo de Justicia, que está acusado de estar controlado por el gobierno, contra la Asamblea Nacional. Aunque los dictámenes fueron revertidos a inicios de mes las protestas no han cesado.