La verdad… sea dicha
La Senadora Margarita Flores siempre en bien de las familias nayaritas
Este año que concluye ha resultado verdaderamente admirable en cuanto al desempeño realizado por la Senadora Margarita Flores Sánchez, quien desde el Senado de la República se ha encargado de promover iniciativas en pro de las familias mexicanas, pero principalmente para el bienestar de las familias nayaritas. Este martes al cierre del periodo de sesiones del Senado, la legisladora, respecto al trabajo legislativo de su bancada priista señaló: “Hoy se cierra una etapa importante del trabajo legislativo, el Grupo Parlamentario del PRI -al que pertenezco- demostró una vez más que estamos a la altura de las demandas y expectativas de los ciudadanos”; esto en referencia a la iniciativa que busca eliminar las posiciones plurinominales en el Senado, para que se pase de 128 a 96 integrantes, y en la Cámara de Diputados de 500 a 400 legisladores. Margarita Flores destacó que en el periodo que culmina, la política ha demostrado su eficacia a través del diálogo, la concertación, el respeto y la responsabilidad, lo que ha permitido lograr mayores beneficios, pero sobre todo la atención que los mexicanos siempre han exigido. Indudablemente estos dos últimos años la Senadora Margarita Flores Sánchez ha realizado un trabajo impecable en cuanto al apoyo constante a la ciudadanía nayarita, ha estado muy cerca de los que más necesitan, de los campesinos, los comerciantes, los estudiantes que tanto requieren el apoyo, siempre cumpliendo con su labor de gestión que es una de las muchas responsabilidades que tiene como legisladora y representante de los nayaritas en el Senado. Margarita es una mujer que viene del pueblo, que conoce de las necesidades de la gente, que sabe por experiencia propia de lo que adolecen las personas humilde, pero además, su experiencia, su crecimiento como persona, su preparación profesional y su andar por el camino de la política le ha vuelto una mujer con la sensibilidad y la capacidad para interactuar positivamente con todos los sectores de la sociedad, para palpar con exactitud los rubros importantes que se deben conservar, mover, modernizar o reforzar para lograr un mejor futuro para Nayarit.
Mi amigo el zapatero
Ya en otras ocasiones amigo lector, le he platicado de lo difícil que puede resultar la vida para las personas adultas mayores cuando no cuentan con una jubilación decorosa o el apoyo de sus familiares. Son historias de senectud que nos hacen reflexionar sobre el futuro que nos espera en una etapa de la vida que debiera ser para descansar luego del ajetreo de los años mozos y la juventud. Pero también es importante relatar de vez en cuando sobre las positivas epopeyas que muestran como los seres humanos cuando nos lo proponemos bien podemos adaptarnos a las circunstancias, y a la adversidad que nos toca vivir. Yo tengo un amigo muy especial entrado en los 75 años que por azares del destino se ha quedado solo, sin familia, y sin propiedad alguna; él renta un pequeño cuarto en una casa del centro de la ciudad donde le da de patadas a la soledad. Para poder subsistir un día se puso a arreglar zapatos en un negocito que atiende a través de su ventana; don José pone tapitas y tacones a los zapatos, y cuando se requiere de un trabajo mayor como coser el calzado, siempre decidido toma el encargo del cliente y va con quien tiene una maquina para no fallar con el compromiso.
Don José, aficionado al dominó, pero que no le gusta la tomadera, tiene muy pocos amigos, es un hombre solitario al que los hijos parecen haber olvidado. Cuando me ha invitado a que le acompañe a comer en su pequeño cuartito, me cuenta de mil cosas; de la vida, de las mujeres, de sus hazañas, pero de la familia es un tema que no se toca, y que yo respeto. Lo admirable de mi buen amigo es que no se achicopala ante nada, tiene una fortaleza de mente y espíritu que ya quisieran muchos jóvenes. Un día se enfermó y fue a parar al hospital, pero como no le dijo ni a su casera a donde iba, pues no supimos de él por quince días. La señora de la casa pensando en que no regresaría, levantó su camastro y su humilde mesa de trabajo para limpiar el cuarto y poderlo rentar nuevamente; afortunadamente José llegó justo antes de que se rentara el cuartito, reclamando su derecho al espacio y quedándose nuevamente a vivir ahí. Así lo volví a ver una tarde en que le saludé con mucho gusto luego de que en su casa me invitara unos tacos de sardina con salsa casera y un refresco, de esos que dicen son la chispa de la vida; anuncio en el que estoy empezando a creer, pues a don José le atendieron de un infarto al miocardio y por fortuna salió muy bien librado a pesar de su edad y su gusto por la bebida gaseosa. Como le digo, ciertamente hay mil maneras de enfrentarnos a las cosas difíciles de la vida; uno es quien decide si termina apachurrado en una mecedora, o se levanta todos los días con el ánimo de salir adelante haciendo a un lado los obstáculos, venciendo a veces lo invencible como lo hace mi buen amigo José. robleslaopinion@hotmail.com